Vivo en la textura del gesto
que alimenta la palabra,
el fuego de la idea,
la brisa almidonada de sonidos.
Respiro con las manos
que acolchan siluetas
nadando entre la piel.
Rota mi tez endurecida,
poso en un mar de sensaciones
bañada por el tacto alfombrado de las cosas,
rey de mi existencia.