Próximamente tenemos elecciones al Parlamento Europeo, y son muchas las voces que se oyen manifestando que con ellos no va y, consecuentemente, no se molestarán en ir a votar. Hay una gran desilusión por la política y piensan que una manera de demostrarlo es no votando.
Como de la historia debemos aprender, con frecuencia recurro a la misma. En Grecia, cuna de la democracia, ya hace más de 2500 años, la falta de participación en los asuntos ciudadanos, era considerado uno de los peores delitos y quién así se comportaba recibía desprecio y castigo.
Hoy en nuestra querida España, han conseguido adormecer a muchos y hacerles ver la política y la participación como algo detestable. Es necesario despertar y molestarnos para distinguir el grano de la paja; bien es verdad que son muchos los que usan la política sólo para su beneficio; a estos es preciso marginarlos y eso se consigue molestándonos y participando; dejarles el campo libre es lo que quieren los vividores de la política.
Volvamos a la celebre frase el Presidente John Fitzgerald Kennedy:¿Qué puedo hacer por Estados Unidos? ¿Qué puedo hacer yo por España?
Es preciso estudiar las distintas opciones de quienes participen y juzgar sus hechos a lo largo de los años; las palabras no sirven. digan lo que digan; con frecuencia en los mítines se escuchan demasiadas estupideces.
Hay que preguntarse: ¿Quién puede defender mejor los intereses de España y de todos los españoles?
Quizá sea hora de criticar menos y responsabilizarse más, molestándonos para obrar en consecuencia.
El voto es una obligación de todos los españoles que deseamos una España mejor y más justa.