Si el talento nace o se hace, es una de las preguntas más comunes para sacar de quicio a cualquier artista, ya que es un debate difícil de cerrar. Oscar Wilde sostenía que lo que no te da la naturaleza no se puede aprender, pero Charles Darwin ya había comentado la frase "Salvo los tontos, los hombres no se diferencian mucho en cuanto a intelecto; solo en ahínco y trabajo duro". Entonces ¿qué es lo que ocurre? Primero, he de decir que el talento existe en cualquier disciplina humana, desde la música hasta el atletismo, pasando por las ciencias puras e incluso por las ciencias empresariales. Con esto me refiero a que cada uno puede ser bueno en algo concreto, porque no a todos se nos da bien lo mismo. Quiero que partamos, entonces, de tres premisas: no todos valemos para todo, cada uno tiene aptitudes para algo en concreto, y es esa destreza la que hay que pulir a base de trabajo duro. Al parecer, la inteligencia que utilizamos para conseguir nuestros objetivos más importantes es eso que denominamos talento y no se puede medir con los test de inteligencia porque atiende a otros parámetros como el esfuerzo, la tenacidad o la frustración. Quien posee esta aptitud sabe automotivarse para sacar el mayor provecho de sus capacidades. Algunos investigadores como Anders Ericsson comentan que para mejorar las habilidades que podamos tener en cualquier campo, ya sea tocar un instrumento, destacar en algún deporte o ser un gran escritor, hay que utilizar la regla de las 10.000 horas. Este número de horas equivale a unos 10 años de dedicación, por lo que se puede entender, como dice Ericsson, que "no hay ningún tipo de célula que posean los genios y no tengamos el resto". Entonces, lo único que puede distinguir a un virtuoso de un músico mediocre es el esfuerzo que dedica a practicar, es más, cuando llega a la cima aún sigue trabajando mucho más que los demás. Van a ser los errores que cometamos al principio, los que nos obliguen a ir más despacio y por consiguiente a prestar más atención. Así que será la constancia que cada persona ponga en la práctica de una actividad la que al final le haga desarrollar de mejor forma su talento.