OPINIóN
Actualizado 05/03/2014
Enrique de Santiago

Hace ya 50 años, un grupo de madres, con hijos con discapacidad psíquica, decidieron, en ese ardor propio de la hembra cuando a sus cachorros se refiere, soñar con la creación de un instrumento que les diera educación, formación, visibilidad y normalidad a los que entonces eran rechazados por la sociedad. Y, en aquel momento, con la ilusión, la fuerza, las ganas y contra corriente, comenzaron a forjar lo que hoy es la empresa más grande de Salamanca, el proyecto social más sólido de la Comunidad Autónoma y la forma de dotar de cuanto soñaron, aquellas madres, a los hijos menos capaces, lo que se denomina ASPRODES y todo el Grupo El Arca.

Al lado, junto a ellas, de forma profesional, personal, humana y como nadie podía estar, se encontraba un Letrado salmantino, Serrano Piedecasas, que dedicó su tiempo, su esfuerzo, su profesionalidad y su aliento a presidir dicha Asociación, en la que dejó alma, vida, profesión y corazón, en beneficio de todos.

Es curioso, triste y denota el nivel moral que se tiene en el colectivo institucional de la abogacía charra, que se dedica a entregar la medalla de la profesión a personas que no han ejercido como letrado, y a los que hay que reconocer sus méritos, que alcanzan a la abogacía en su aspecto más economicista; pero, ni se plantean, ni proponen, ni se espera, reconocer el trabajo desarrollado, como abogado, por quien proyectó, alentó, presidió y, junto con un gran equipo, propulsó, a la primera línea económica y social, un proyecto social como el de Asprodes.

Don Pedro Serrano fue Letrado, y actuó desde un sentimiento social de la vida que se cambia, se trasforma y observa bajo otro prisma cuando la mano divina te concede un hijo con una discapacidad, cuando comienzas a vivir la vida con un dolor similar al de aquel que ve cómo muere su hijo cada día, con la alegría de ver que lo tienes a tu lado y con la sensación de que algo te lo ha hurtado para siempre. Luchando, viviendo, sintiendo, actuando con la losa de no poder alcanzar nunca los ideales que te habías marcado en la juventud, con una forma nueva de sentir, que sólo quien lo vive puede comprender, con esa discapacidad personal que supone el padecimiento de su hijo, la fuerza que el chaval te trasmite, el ansia por concederle lo mismo que a cualquier otro y viviéndolo con la normalidad y buscando que desarrolle aquellas capacidades especiales que le diferencian del resto, pero le hacen único, mejor y más grande, es por lo que ha permitido mantener el aliento, el alma, la fuerza, a ese gran hombre, ese gran Letrado, ese gran gestor y ese gran padre: Pedro Serrano.

A los 50 años, ASPRODES puede sentirse orgullosa de lo que es, el cielo para los que venimos del infierno y, en ese tiempo, hay que agradecer sus desvelos, sus esfuerzos, sus trabajos a muchas personas, a Juan, su gerente desde hace más de 25 años; a todos los presidentes que han sido y a D. Pedro, sin el que hoy, ese gran movimiento social y empresarial, no podría ser lo que es.

Mil millones de gracias a ASPRODES, a los dirigentes, a los trabajadores, a los asociados y al último muchacho que se ha integrado en ella, no dejéis nunca de alcanzar el cielo que salve a todos aquellos que han vivido o viven un infierno.

 

 

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >ASPRODES y Pedro Serrano Piedecasas