OPINIóN
Actualizado 27/02/2014
Marta Ferreira

Jamás me planteé ser abogada. Estudié ciencias, pensé hacer Medicina o Arquitectura y al final, circunstancias de la vida me llevaron a la decisión de estudiar Derecho. Lo mío ha sido una casualidad porque tampoco fue una decisión inmediata al terminar la carrera, vino tiempo después y ha sido la mejor decisión de mi vida.

Me dedico a una profesión que me mantiene en contacto permanente con el ser humano y sus conflictos, donde has de buscar soluciones inmediatas a la par que prácticas y en la que en ocasiones te conviertes en el guardián de los secretos de tus clientes, y todo ello me resulta de lo más apasionante. Llega un caso, un asunto y has de estudiarlo minuciosamente, tratando de encontrar la solución adecuada, dando respuesta a los desvelos de quien te pretende.

Las casualidades en la vida cambian nuestros proyectos y a veces nos disgustamos o  asustamos, pero no necesariamente supondrán un problema, quizá en esos pequeños baches encontramos nuestra vocación o nuestros sueños. A menudo sucede que nos planteamos por qué nos ha salido mal aquello en que pusimos tanto empeño y nos perdemos en un mar de lamentos que no conllevan sino  la desesperación y el disgusto. En el momento es natural un principio de desesperanza por el fracaso, pero hemos de pensar que tal vez  esa equivocación o esa circunstancia nos ponga en contacto con algo no contemplado y mucho mejor que lo previsto.

Mi vida, en muchos aspectos, ha sido producto de circunstancias imprevistas y de errores personales cometidos por  inmadurez en ocasiones, por cabezonería en otras? pero cada una de esas variables no concebidas, de esos errores en apariencia absurdos me han dirigido hacia una vida muy distinta de la que soñaba pero probablemente mucho más feliz de lo que esperaba.

Soy optimista, a pesar del panorama que nos rodea, y lo soy porque no pienso rendirme a lo que me impongan los que gobiernan, porque en nuestras manos está levantarnos cada mañana y luchar por nuestros sueños, porque en cada fracaso se halla el germen de un nuevo y diferente proyecto, porque cuando me caigo ya sólo me queda levantarme, porque siempre hay una solución a cada problema, porque a cada uno de mis errores les debo este sueño.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Te debo este sueño