Actitudes y comportamientos de participación ciudadana e implicación en los comunitario son ejemplares y abundan; resultan el contrapunto a las actitudes desaprensivas e irrespetuosas en los lugares público, en lo que
es de todos.
No sé si hacen falta pautas de convivencia y buena vecindad o viene incluido en el "manual de la vida misma" todo lo cual puede resumirse en cuide-trate usted lo público como trata lo que es suyo o como desea ser tratado.
Yendo por los derroteros de lo positivo, acaso podría ser bueno que se premiaran iniciativas de personas que en lo cotidiano realicen actividades de interés social. Son ellas quienes dan valor a lo común.
La falta de respeto a lo común, son esas conductas que afectan a la calidad de la vida de las personas en particular, cotidianas y
evidentes, las pintadas que invaden paredes, mobiliario urbano, muros son un claro ejemplo de vandalismo callejero que denota nulo respeto a lo común. Las cagadas de los perros por las aceras o en los parques, son otro ejemplo. Comportamientos que también inciden en las arcas públicas, pues generan gastos "que financiamos con nuestros impuestos" que si se destinan presupuestos a las reparaciones y/o reposiciones de los bienes públicos, no irán destinadas al bien común, bancos, paredes, papeleras?
Sobran razones, hay que ponerse manos a la obra de forma firme y rotunda; se hace necesario desmontar la vieja excusa de que no se es cuidadoso porque los demás no lo son, y comenzar por dar ejemplos de corresponsabilidad con lo que es de todos, en nuestras actitudes cotidianas en lo compartido. Habrá que reglamentar la convivencia (como se ha hecho con los ruidos u otras cuestiones) aplicar dosis de educación combinadas con sanciones a quienes incumplen las
normas de convivencia.