¡Todo llega, todo pasa!, eso es lo que dice mi madre siempre que acaba cualquiera de los acontecimientos familiares que necesitan mucha preparación y que cuando se comienzan a organizar parece que no van a llegar nunca,?, pero llegan y pasan.
La Navidad es uno de esos acontecimientos que llega y pasa y que se prepara generalmente con mucha antelación, cenas, comidas, regalos, y hoy, 6 de enero, ya pasó todo, en unos días las luces de las calles no serán de colores y los adornos navideños volverán al trastero.
Y después de Reyes ¿qué?, además de estrenar un nuevo perfume, ¿nos pondremos en serio con las intenciones renovadas del año nuevo, o los guardaremos con los adornos para desempolvarlos la próxima Navidad?
Quizás sería bueno no hacerse propósitos para el nuevo año, a lo mejor estaría bien hacérselos para el nuevo mes, o para la semana que comienza, si en lugar de hacer grandes cambios nos proponemos pequeñas metas es posible que sin darnos cuenta dentro de doce meses al sacar las cajas del trastero no encontremos las viejas intenciones de todos los años, sino que las hayamos cumplido.
Lo cierto es que cuando nos planteamos metas importantes es básico para conseguirlas hacer un plan estratégico y eso pasa por dividir en submetas aquello que queremos alcanzar, de esta manera es más fácil conseguir pequeños logros que van en el camino del objetivo final y que nos hace sentirnos más eficaces y motivados para hacerlo
Así que después Reyes es el momento de poner la vista en este mes, o en esta semana y proponerse algo que en este tiempo sea capaz de hacer, todo camino, por más largo que sea, comienza por un pequeño paso, ¿te apetece iniciar un nuevo camino?