OPINIóN
Actualizado 20/02/2014
Luis Miguel Santos Unamuno

El otro día me quedé un poco mosca y con la sensación de haber dejado el artículo inacabado o confuso porque, releído lo escrito, me apercibí de que quizá había caído en ese típico error de pensar que todo el mundo está al cabo de la calle de aquello en lo que tú has pensado mucho tiempo y que tus palabras se entienden a la perfección. Abundando en el tema ahora en Valencia además de Catalá -la Consejera- y Castellano -el del PP- ha entrado en liza un tal Ciscar no sé si a ciscar

Pero al grano. Por si a alguien (que lo leyera) le pareció que era una exageración el barullo que se lleva montando años con la injerencia de los políticos en temas lingüísticos, con la ocurrencia de diferenciar entre catalán, valenciano, balear, etc. he cambiado en el título nombres por números para que se note que se trata de una verdadera guerra con damnificados, efectos colaterales, etc. Y así, aunque hay una coincidencia del 90% de léxico y sólo unas variaciones fonéticas entre esas lenguas denominadas con nombres diferentes las consecuencias son las siguientes:

- Tendrá que haber traductores a y de esas lenguas vernáculas, por mucho que su unidad sea aceptada por los lingüistas. En el Senado, por ejemplo: del castellano a los tres pero también del valenciano al catalán modalidad balear, etc. Multipliquen.

- Tendrán que mantenerse varias instituciones oficiales en cada Comunidad que certificarán conocimientos, homologarán títulos y dictarán sentencia. Habrá un Instituto de tal, una Academia de cual, un Consorcio de esto, una Junta de algo, etc. Con sus instalaciones, trabajadores y demás. Y no vean lo mal que se llevan. Dinero autonómico, eso sí, por lo que allá cada uno, pero luego se comparan balanzas fiscales.

- Como es deseable que se publiquen obras en esas lenguas se solicitarán ayudas públicas para la traducción y edición de libros en valenciano, mallorquín, etc. Esto se extendería a las páginas web que deberán tener su versión en los tres llamados idiomas (Ya existe lógicamente la Viquipedia, l'enciclopèdia lliure, por cierto, lo que me parece genial, otra cosa serían las páginas oficiales sostenidas con dinero público).

- Ídem de lienzo con el doblaje o la subtitulación del cine. (Pronto, si no se hace ya, se subtitularán las pelis en castellano). Habrá versiones en todas las lenguas y leeremos hui en lugar de avui para tranquilidad de los que hablan valenciano yNa Carme además de La Carme (que allí los nombres sí llevan el artículo por mucho que por aquí eso suene mal).

- Los que busquen trabajo tendrán que competir con quienes aportan méritos casi de regalo. Nada que objetar a quien invierte tiempo y dinero en su formación pero quizá se debería recordar que no puedes obtener un título en una EOI de tu lengua materna o en la que estudiaste la ESO (el DELE está restringido a los extranjeros). Pero sí se puede con las lenguas autonómicas pues basta con venirse a examinar a Madrid donde, aunque sea tu lengua materna, te expiden un certificado que puntúa como el de Inglés o Francés. De salida te ganan 3 a 0.

En fin, que con los políticos han topado los filólogos, y han perdido. ¿Es necesario todo esto, tanta guerra de lenguas? La poesía es un arma cargada de futuro, nos vendió mi admirado poeta Gabriel Celaya. Quizá pensaba que serviría para oponerse a los fuertes pero al final acaba sirviendo para masacrar a los débiles. Resuenan más certeros los versos de Juaristi sobre el problema, más dramático, de momento, en el País Vasco: "nuestros padres mintieron, eso es todo".

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Los números de las lenguas