Con motivo de la tramitación de la ley en el Congreso, para que los sefardíes de todo el mundo puedan conseguir la nacionalidad española, sin perder la que actualmente tienen, hemos oído declaraciones hechas por distintas comunidades de sefardíes y representantes de los mismos, que hacen que, quienes queremos a nuestra nación, nos sintamos orgullosos de seguir siendo españoles.
El Presidente de la Comunidad Sefardí de Jerusalén multiplica sus elogios hacia nuestra patria y su sentimiento de españolidad.
La cantante Yasmin Levy, conocida en todo el mundo por su maravillosa voz y sus canciones en ladino -español medieval-, conservado por los sefardíes a los largo de más de quinientos años; se muestra orgullosa de su próxima españolidad y de sus raíces.
Todo esto contrasta y produce tristeza con lo que dentro de nuestra España tenemos que ver un día sí y otro también; no solo por los partidos nacionalistas, sino por quienes con una política mezquina, suelen ser compañeros de viaje y con sus comportamientos colaboran a la confusión; con palabras, después, quieren convencernos de lo contrario de sus hechos. La realidad que vivimos, en su mayor parte, se la debemos a quienes por conseguir o mantener el poder, han pactado con quienes no tienen otro objetivo que trocear España.
De continuo estamos viendo que no se hace una política de Estado pensando en todos los españoles, sino una política miserable con la que conseguir algún beneficio personal o de partido, aunque lo que digo hoy sea lo contrario de lo que hice ayer.
La democracia para poderla disfrutar todos, tiene que basarse en la verdad, y que los hechos y la realidad no sean sustituidos por mera palabrería.
Los sefardíes a los que se expulso de Sefarad ?España- hace más de quinientos años, y la siguen añorando, que nos hagan reflexionar para evitar a los españoles futuras añoranzas.