Ayer miércoles, después de asistir a una concentración contra las actuaciones de la guardia civil haciendo que varios subsaharianos encontraran la muerte en Ceuta y comprobando que aunque la policía sí se había enterado de la convocatoria, la representación de fotógrafos de prensa en el evento brilló por su ausencia, como muchas veces pasa en esta Salamanca, después, digo, había que ver la exposición de los fotógrafos de la agencia ICAL sita en lo que queda de Caja Duero.
Todavía está en la memoria colectiva de los que tenemos más de 40, las fotos que la prensa local y nacional publicaban de eventos parecidos u otros de índole trágico en la época de la dictadura franquista: ausencia casi total. Eso sí, los ecos de sociedad, acontecimientos meteorológicos, visitas de su excelencia el jefe del estado, representantes del gobierno, inauguraciones de pantanos y otros acontecimientos propagandísticos del régimen eran cotidianos, nunca nos enteramos gráficamente qué pasó en el túnel nº 20 en Torre del Bierzo, pero sí de las inauguraciones de nuevas estaciones que hacían más moderna la España franquista, nunca vimos la represión de las manifestaciones obreras de los 1º de mayo, pero sí veíamos al día siguiente las demostraciones sindicales que su excelencia presidía en el estadio Santiago Bernabéu y a toda página y así un sin fin de publicaciones parecidas, el pan y circo de los romanos daba su rentabilidad en forma de ignorancia de la masa.
La inauguración a bombo y platillo de la exposición conmemorativa del XXV aniversario de la agencia ICAL en Valladolid y en Salamanca, tiene demasiado parecido con las demostraciones sindicales franquistas de los años 60: todo lo que pasa en Castilla y León es inmejorable, extraordinario y la vida es la comunidad castellano-leonesa es la más maravillosa de toda España. La propia inauguración llena de políticos que opinan sobre la calidad de las imágenes expuestas es la mejor prueba de que, con alguna excepción como las fotos de los mineros luchando contra su destino, la vida de esta comunidad es solidaria, torera, folklorista, culta? en fin, que vivimos en el paraíso en el que casi nunca pasa nada malo.
Es verdad que hay buenas fotos, las menos, que desmerecen al lado de las demás, muchas están fuera de tamaño, no aguantan las ampliaciones excesivas y se pixelan, están colocadas como si fueran un mercadillo y uno se tropieza con unos cubos llenos de imágenes que ahondan más en el batiburrillo o pisa cientos de pequeñas imágenes que no hacen otra cosa que embarullar más el sosiego necesario para poder contemplar las fotografías. Los temas están tratados para mayor gloria del poder que nos conduce, un ejemplo de esto son las que aluden al atentado del 11-M que parece que siguen ahondando en la conspiración de una izquierda engarzada al terrorismo vasco, menos mal que algunos asistimos a esa manifestación y pudimos comprobar que ya ese día hubo gritos en contra del gobierno de Aznar por tendencioso respecto a la autoría de dicho atentado, nada de eso se traduce en la muestra. Las cartelas se han cuidado de no parecer partidarias, pero apoyan intrínsecamente actos tan deplorables como el lanceo por un energúmeno del toro de la Vega de Tordesillas, y este es solo un ejemplo.
Nada hay de la especulación inmobiliaria, de las manifestaciones del no a la guerra, pero sí del pretendido expolio del dichoso archivo con pegatina inverosímil incluida, nada de los miles de parados y desahuciados, ni de los miles de jóvenes que han tenido que emigrar y, por supuesto, nada del 15-M o de las multitudinarias manifestaciones contra las últimas leyes de educación, aborto, seguridad ciudadana, ni tampoco de las múltiples luchas por esclarecer hechos sentenciados en contra de los alcaldes del P.P. por los tribunales de justicia, como el derribo del depósito de aguas, la construcción de Vialia, o más recientemente, el ilegal Corte Inglés en Salamanca o la de la Ciudad de Medio Ambiente soriana.
Si, como pretenden, esta es la historia viva de Castilla y León que pasará a la memoria colectiva, vamos de culo cuesta abajo y sin frenos, y como decíamos las semanas anteriores, la ocultación de las cosas no hace que las cosas dejen de existir. Podríamos decir que afortunadamente hay otros fotógrafos que tienen en sus archivos la cara oculta de la historia de la región, pero no es el momento de revelar los negativos escondidos y/o censurados por el poder.
Por último a los fotógrafos que han participado, agradecerles su esfuerzo, pero decirles que, a la vista está, ha sido muy poco rentable para ellos y mucho para los políticos que llenan las inauguraciones aunque la sala en días sucesivos esté prácticamente vacía, como se pudo comprobar el miércoles y recordarles que no hay ninguna fotografía inocente, todas llevan el marchamo del intelecto, el corazón, o la falta de ambos de quien las realiza.
La fotografía de prensa debe recuperar su independencia urgentemente, si es que alguna vez la tuvo, de lo contrario, no será.
http://www.salamanca24horas.com/galeria-de-fotos/exposicion-fotografica-de-la-agencia-ical