Que no quede ningún cabo suelto es, a buen seguro, lo que habrá pensado el alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, nada más conocer las primeras reacciones al proyectado aparcamiento subterráneo en la Avenida de Comuneros. El regidor municipal está que no para. Reunión por aquí, reunión por allá e incluso sin límite de hora no sea que algún intencionado pueda pensar que quiere acabar cuanto antes y evitar escuchar lo que no quiere.
La duda está en saber si ese "buen rollo" municipal para con los vecinos se ha orquestado para tener en cuenta todas y cada una de las opiniones y propuestas que se puedan plantear o, por el contrario, es una manera como otra cualquiera de hacer el paripé.
Sea como fuere, no es menos cierto que quien haya querido expresar su manera de ver el asunto lo ha podido hacer ya sea de manera colectiva o individual, aunque habrá que hacer una recapitulación de lo acontecido, máxime cuando Fernández Mañueco ha dejado claro ¡faltaría más, por otro lado! que "la seguridad será una prioridad en la construcción del aparcamiento subterráneo y se garantizará el acceso a portales, garajes y centros de servicios".
El tiempo corre, las elecciones cada vez están más cerca aunque aún resten varios meses y los ánimos para ocupar las calles por cualquier excusa estén cada vez más caldeados o si no que se lo digan a los burgaleses. Además antes y casi a la vuelta de la esquina se anuncian los comicios europeos, ésos que apenas importan a la ciudadanía, pero que a los políticos les sirven para reencontrase con el poder o mejorar su status quo. ¡Y eso que la política es servicio a los ciudadanos!