A la Salud se la echa de menos cuando falta, es entonces cuando se valora. Esto ocurre en el ámbito personal, donde cada uno tiene que estimar y ser consciente de que Salud es un recurso para la Vida y darle un valor que se merece.
A nivel social, somos muchos los que compartimos la evidencia observacional y, por tanto, somos conscientes de que las enfermedades no se distribuyen de forma aleatoria, por azar, sino que se distribuyen por determinadas variables que vienen condicionadas por la estructura social, económica y cultural en la que se vive.
Se considera que existen desigualdades en Salud cuando se dan diferencias sistemáticas que pueden evitarse, controlarse y reducirse en relación con uno o más de los componentes de la Salud. Estas desigualdades tienen menos posibilidades de darse en los buenos Modelos Sanitarios basados en la cobertura universal y en la accesibilidad efectiva a los servicios y recursos asistenciales, a la Prevención y a la Promoción de la Salud. Lo consiguen actualmente los Sistemas que ofrecen servicios, prestaciones y actividades relacionadas con la Salud para todos con independencia de su clase social, género, territorio o cualquier otra variable lo que se traduce en una mejor Salud para Todos los grupos sociales, incluidos los colectivos socialmente menos favorecidos.
Son numerosos estudios científicos los que analizan y ponen de manifiesto que las desigualdades en Salud son significativas en determinados grupos poblacionales y padecen una mayor mortalidad prematura (Antes de los 65 años) y de morbilidad (enfermedad) por los denominados factores de riesgo exógenos que aumentan la probabilidad de enfermar. Las desigualdades en Salud existen en la mayoría de los países y constituyen el campo de batalla de los países menos desarrollados y avanzados en Sanidad y en Seguridad Social. En nuestro país el nivel socioeconómico, la inmigración y la discapacidad son variables determinantes de desigualdad con impacto en la Salud Pública y Comunitaria.
Las actuaciones e intervenciones de la Administraciones públicas tienen que tener por objetivo reducir estas desigualdades en Salud a través de la mejora del empleo, la mejora de las infraestructuras sanitarias y el aumento de la inversión en Educación, Justicia y Servicios Sociales. Por otra parte, se debe fomentar laEducación para la Salud como herramienta de transmisión de conocimientos y evidencias para reducir la distribución desigual de factores de riesgo relacionados con los estilos de vida y la forma de enfrentarse a los retos del día a día y la de la Vida.
Las desigualdades se han acentuado con esta crisis socioeconómica, de valores y por priorización de necesidades equivocadas, lo accesorio frente a lo esencial, por ejemplo una burocracia y administración excesiva, la financiación innecesaria de productos como las intrascendentes televisiones autonómicas que van en contra del sentido común y del estilo de vida activo y saludable tanto físico, como mental de nuestra Sociedad.
Otro componente o factor importante para paliar las desigualdades tienen que ver con las intervenciones de los profesionales sanitarios, que deben comprometerse en mantener un Sistema de Atención Sanitaria con coberturauniversal, financiado básicamente mediante impuestos y, atentos a laaccesibilidad geográfica, económica y cultural para defender la Equidad, la Calidad y la Seguridad del Paciente.
Mis felicitaciones a aquellos profesionales sanitarios que defienden estos planteamientos frente a la oportunidades de negocio que surgen y, que algunos han querido aprovechar con la excusa de los déficits de gestión, frente al progreso sostenible y social que aporta nuestro actual y buen Sistema Sanitario al generar Bienestar y Calidad de Vida.
La Salud no lo es todo; pero sin ella no hay posibilidades de nada?