OPINIóN
Actualizado 10/02/2014
José Julio Cortés y Glez.

El sábado pasado,  como la mayoría de los españoles me levanté con ganas de saber cómo afrontaría doña Cristina Federica, la posiblemente más difícil mañana de toda su especial vida. La verdad es que a mí lo del "paseíllo" a pie, en coche o en carruaje, no me importaba mucho. Como ciudadano, tenía ganas de comprobar eso del Art. 14 de la Constitución de que todos somos iguales? ante la ley. A gusto me quedé cuando la vi entrar en las dependencias judiciales, y que sus representantes legales la acompañaban. Estoy tan acostumbrado a ver este hecho (sin tan relevante cliente, claro está) que me relajé. Su digna actitud y su imagen, tampoco me sorprendieron y casi agradecí que no se sobreactuara, ni teatralizara su entrada como hizo el "majete" de su marido. No vi ojeras, ni frases manidas, ni gestos de opereta. Y lo digo en serio. En esos momentos afloró en mi el jurista que soy y preconice en mi interior, (pese al mosqueo e indignación  por los hechos que se la imputan) los principios fundamentales de la "Presunción de Inocencia", o  del Derecho del  justiciable a no declarar ,y menos en aquello que le puede perjudicar. Los que nos dedicamos profesionalmente a la Justicia, sobradamente conocemos y respetamos estos principios. Tanto que a todos y digo todos los delincuentes "comunes" tratamos con uñas y dientes que se les apliquen , así como de que tengan un Juicio justo. Creo que cualquier estudiante de Derecho del segundo cuatrimestre (lo digo por Bolonia) conoce y respeta estos básicos principios. Por eso es, que en esos momentos matutinos del sábado  me empecé quedar más contento. El sistema , pese al comportamiento del Ministerio Público (fiscal, para los no juristas)  me convenció. Me dio la impresión de que el Juez estaba en su lugar. Pese a lo mediático y muy importante del tema empezó a cumplir con su cometido. Seis horas tomando declaración me parecieron verdaderamente,  una muy buena intención de querer buscar , instruirse en serio. Vamos que no fue una pantomima. Las contestaciones (declaraciones ) de doña Cristina Federica, tampoco me sorprendieron. Creo que en todos y digo todos, los procedimientos en los que he estado presente, y han sido unos cuantos en veinticinco años, han sido prácticamente iguales, cuando no les convenía a los declarantes: " no sé,  no me acuerdo". Es más estoy convencido de  que todos los profesionales del mundo jurídico estarán conmigo y que muchos incluso, habrán aconsejado a sus cliente esa forma de declarar, y que como decía en párrafos anteriores es un Derecho del justiciable hacerlo de esa manera.

Todos tenemos ganas de saber, de buscar culpables y de que se cumplan de verdad las responsabilidades del que las tuviera. Fuera quien fuera. Pero también de que se cumplan los tiempos y trámites judiciales. Si creemos en el Estado de Derecho habrá que respetar esto. Si el Juzgador decide, bajo su criterio, tendremos que aceptar la decisión. Y si en la fase procesal estima que no hay ni fotos, ni grabaciones, ni medios, habrá que  respetarlo. La luz y taquígrafos ya vendrán cuando se acabe esta fase. Igual que cualquier causa. Entiendo el interés mediático, pero de ahí de incumplir con la orden de nos sacar fotos? va un trecho. Se ha incumplido y tendrá el medio de comunicación de que lo ha hecho, que responder. Para informar no hay que saltarse la ley. Si se incumple se queda a la misma altura que los presuntos delincuentes. Y como siempre me pregunto: ¿ Se buscaba algo más que la mera información, o se quiere hacer daño a alguna institución? ¿ Se quiere morir? matando, eso sí con veinte millones de euros?

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