La educación construye personas responsables con ellos mismos y con los demás. Cuando no se cree en las personas se busca que el ejército y la policía tengan sueldos mayores que médicos y profesores, además de duplicarlos en número y recortar en servicios sociales. Esto lo vemos reflejado en Marruecos todos los veranos y no es buena solución para los derechos fundamentales de la población.
En la educación se fomenta el libre pensamiento para que cada uno encuentre su camino, sin ser juzgado por sus ideas. Todo esto viene al caso de los extremismos que se están viendo todos los días en temas como la ley del aborto. No me siento identificado ni con unos, ni con otros. No se puede criminalizar a las mujeres, pero tampoco se puede frivolizar y decir que una niña de dieciséis años puede abortar sin avisar a sus padres, cuando necesita permiso para una excursión del colegio.
Los que intentamos acompañar a menores en difíciles trances, nos damos cuenta como se escucha poco a los que realmente sufren. El permiso a una menor para abortar, no debe depender del partido político del gerente de servicios sociales de la ciudad correspondiente. Muchos de los que hablan por la televisión se autoproclaman portavoces de mujeres y colectivos sociales que tienen su propia voz.
Hablan del derecho a la vida del que yo estoy totalmente de acuerdo, pero por qué en este tema no se habla de planificación familiar y de anticonceptivos, me gustaría saber lo que piensa el nuevo papa del preservativo por ejemplo. Para una menor la experiencia nos dice que es menos traumático usar anticonceptivos que abortar por muy bien que se lleve el tema.
Una ministra no puede comparar un aborto con un implante de mamas, entre otras cosas porque después de la fecundación y de la recombinación genética hay un nuevo ADN.
Las leyes deben facilitar una buena atención psicológica y sanitaria para las mujeres que se encuentren en esa situación y con rigor analizar la casuística y los períodos de intervención profesional.
Los jueces son personas como las demás, también tienen un signo político y unas creencias que por muy concreta que sea la ley siempre está sujeta a interpretaciones. Por eso no nos quedemos tan tranquilos porque los desacuerdos estén en manos de la "justicia".
Que daño están haciendo en España los prejuicios, seamos solidarios con los que más sufren y no seamos demagogos, ni más papistas que el papa. Seamos flexibles y adoptemos una actitud de confianza hacia nuestros semejantes, la tolerancia nos humaniza y nos ayuda a ponernos en la situación de los otros, algo que genera empatía y no alimenta rencores, ni enconamiento de posturas como estamos viviendo.