El PP se ha apoderado de Valladolid. Su convención nacional está siendo, como
Por eso lo que más hay que resaltar en esta convención (como en todas y de todos los partidos) ha sido el aplauso y las votaciones a la búlgara. Votaciones de cuestiones que después llevan en los programas electorales para incumplirlas. Las convenciones no son congresos, aunque se parecen en la forma
El vencedor está siendo, y será, Mariano Rajoy. Y de forma contundente. Ni la ausencia de Aznar (un descanso para muchos), ni la espantada de Mayor Oreja, ni la estampida de Vidal-Cuadras ni el nacimiento de Vox, el partido de Ortega Lara, han podido con las ganas de los peperos que ahora
Valladolid fue la tierra adoptiva de Aznar. Esta fue la tierra que utilizó como portaaviones, aquí fraguó su carrera política y aquí aún se le recuerda como ese tío que todos hemos tenido en Granada, que ni era tío ni era nada. Cuando volvió a su Madrid natal se olvidó hasta de los amigos de Quintanilla de Onésimo con los que jugaba al dominó. El tiempo, y la distancia, siempre es cruel. Se necesita mucho amor para no olvidar al que está lejos. Pero el amor y el cariño hay que engrasarlo, mimarlo, acariciarlo desde el pensamiento, y a Aznar se le olvidó hacerlo desde que se hizo un César. Por eso a Valladolid sólo se acerca de tarde en tarde para presentar algún libro de memorias en El Corte Inglés. Además desde que aprendió inglés (un poco mejor que su mujer Ana Botella, presente en la convención con una cara de circunstancias) se dedica a viajar por el mundo aunque aunque ya no se haga fotos en las Azores o con Bush poniendo los pies encima de la mesa. Aznar hizo, eso sí, una cosa buena por esta tierra: poner la primera piedra del AVE, pero en eso contribuyó mucho el entonces ministro de Fomento, Álvarez-Cascos, que quería el tren rápido para Asturias, su tierra. Álvarez-Cascos también terminó tarifando del PP ya hace tiempo, cabreado con Rajoy, igual que ahora
Pero Rajoy sigue ganando la batalla. Y con su sorna galaica los mira a todos con la indiferencia del sabio que sabe que la clave es dejar que los muertos se maten a sí mismos. Ya les pasó eso a muchos anteriores insignes peperos, como Jorge Verstringe o Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón. El PP es una máquina de poder, y eso es un imán. Por todo eso, y muchas cosas más, Rajoy, aunque no tenga tirón como líder carismático, seguirá ahí. Hasta que las urnas lo echen, cosa que es posible y probable en poco tiempo, dadas las políticas que tanto han cabreado al ciudadano de a pie mientras cada
La convención ha dejado 1 millón de euros a Valladolid, ha servido para
En fin, la convención "del PP o la nada", que dijo Dolores de Cospedal, la del reclamo de unidad y la que nos ha dicho que vamos "en la buena dirección". Pero no deberíamos olvidar que la clave no está en la dirección, sino en el sentido, que no es lo mismo, ni mucho menos