OPINIóN
Actualizado 30/01/2014
César Gómez-Barthe Celada

¿Qué está sucediendo en Ucrania? La Historia, como casi siempre, nos sirve de explicación para entender lo que allí está sucediendo.

El detonante del conflicto ha sido que el Presidente prorruso, culpado de corrupción y de controlar todas las esferas, se negó en el último momento a firmar un acuerdo  con la Unión Europea, que era deseado por gran parte de la población y que había sido preparado durante meses. Las causas del estallido social las encontramos en una cronología de sucesos que han enfrentado a Rusia con Ucrania, en especial con el orgulloso y noble pueblo cosaco, considerado progenitor del estado ucraniano, que sufrió el terror comunista y su feroz persecución.

El genocidio que padeció la nación ucraniana, también llamado "holodomor", llevado a cabo por el dictador comunista Stalin, mató a millones de ucranianos (las cifras están entre los 1,5 y 10 millones de personas fallecidas. A esto se añade que los comunistas durante el Gran Terror que implantaron asesinaron a más de medio millón de artistas, escritores e intelectuales, además de los oficiales ucranianos del Ejército Rojo, también exterminados. Las purgas comunistas fueron el modus operandi de esta monstruosidad.

Es en 1991, y ante el ocaso de la URSS, cuando Ucrania se independizó, aunque el gigante ruso siempre ha querido seguir controlando la vida de este país, en ocasiones cortando el suministro de gas, cuando una decisión no les agradaba, o engatusando a la clase política. La última ha sido hace escasas fechas mediante 15.000 millones de dólares en crédito. Hay que destacar que Ucrania es un país industrializado, con ricas reservas y tierras fértiles. El propio FMI da unas previsiones de crecimiento positivo para este año y los próximos.

La oposición, ante el devenir de los acontecimientos, ha salido a la calle para protestar, pero han sufrido crueles represiones por parte de la policía; ya han muerto varios manifestantes y centenares de ellos están heridos; un ejemplo es el del nuevo héroe, el cosaco Mijail Gavriliuk, que sobre la nieve del duro invierno ucraniano fue desnudado y apaleado por la policía, le raparon el pelo para tratar de humillarle (ya que este es un símbolo cosaco, recordemos al histórico Taras Bulba), se mofaron de él, mientras le hacían fotos y grababan con sus móviles, aguantó con dignidad y valor. Estuvo a punto de morir, cuando fue arrojado en el suelo y se pusieron de pie sobre su cabeza, pero pacíficamente resistió; ahora multitud de personas hacen cola en el campamento cosaco para mostrarle su apoyo y agradecerle que no se rindiera ante la opresión. El Atamán, líder de los  Cosacos, se enorgullece de que uno de sus valerosos hombres sea el ejemplo a seguir en esta lucha desigual.

Ante este clima de tensión y violencia, el primer ministro y su gobierno han dimitido, pero el presidente Yanukovich se aferra al cargo y se niega a celebrar elecciones anticipadas, como exige la ciudadanía. Finalmente, Rusia y la Unión Europea se reunirán para buscar una solución al conflicto. Mientras, en las calles de Kiev y otras numerosas ciudades, con temperaturas de 20 grados bajo cero, día y noche, los ucranianos resisten y aspiran a la libertad.

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