En muchas ocasiones, la música es tratada como fenómeno acústico que posee propiedades terapéuticas. A través del tiempo y las civilizaciones, se ha conseguido encontrar el poder beneficioso que emana de ella. La musicoterapia es, entonces, una herramienta probada científicamente para conseguir mejorar la salud, la calidad de vida, la capacidad comunicativa, un cambio positivo en cuanto a lo emocional, así como el bienestar físico, intelectual y espiritual. Dicho esto, no cabe ninguna duda de lo beneficiosa que está resultando la práctica de la musicoterapia para muchas personas y comunidades, y aunque en nuestro país ya se están desarrollando estas actividades en colegios, hospitales y otros centros, en Salamanca aún tenemos falta de conciencia (y ya no digamos de subvenciones) para este tipo de iniciativas. En mi opinión, son muchas las asociaciones que podrían encontrar en la práctica de la musicoterapia esa salida positiva a una gran variedad de problemas o necesidades mentales, físicas, emocionales o sociales, ya que se pueden abordar directamente a través de la música. Como ya he comentado en otras ocasiones en este Mirador Musical, la música influye sobre el cuerpo, los sentidos, los sentimientos, los pensamientos y el comportamiento de las personas. Es por esto por lo que la propia persona, a través de la música y con la guía del terapeuta, consigue los cambios y los progresos personales necesarios para lograr ese bienestar. Quien haya tenido la oportunidad de haber probado los beneficios de la musicoterapia sabrá a lo que me estoy refiriendo. En alguno de los sucesivos artículos abordaré el tema de la música enfocada a la relajación.