Como si de una cuestión de Estado se tratara, el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, el del señor Montoro, ha preferido no hacer públicos qué municipios con problemas económicos se han acogido a las medidas extraordinarias de apoyo financiero que les permiten, por un lado, obtención de liquidez con carácter inmediato y, por otro, la financiación de los desequilibrios financieros.
A la ciudadanía sólo se le ha permitido saber que son 101 ayuntamientos en el conjunto de España y siete en Castilla y León. El oscurantismo es, cuanto menos, extraño sobre todo si entre las excusas para no facilitar esos nombres se incluye la de la existencia de un programa informático al que sólo tienen acceso el Consistorio en cuestión y el Ministerio de Montoro. ¡Mira que son patéticos! ¡Será así!
En todo caso, esas maneras de actuar se están convirtiendo en prácticas más que habituales entre la clase política que cuando le interesa recurre a las promesas electorales que le llevaron a la poltrona como, por ejemplo, el ministro Ruiz-Gallardón a la reforma de la Ley del Aborto o el alcalde Lacalle a la construcción de un bulevar en el barrio burgalés de Gamonal y cuando no, a lo que se encontraron bajo las alfombras.
En fin, es lo que hay. A nadie pues le extrañe que se produzcan movimientos como los recientemente acontecidos en relación a Gamonal, aunque también es verdad que, para algunos, cualquier pretexto es bueno para prepararla. En consecuencia, ni lo uno, ni lo otro porque el empecinamiento y la prepotencia no suelen ser buenos compañeros de viaje.