Con motivo de la reciente visita del Jefe de Gobierno, señor Rajoy, a Estados Unidos, como español me siento satisfecho de que haya resultado bien y que, en la nación más poderosa del mundo, se empiece a reconocer que estamos saliendo del pozo. Por otro lado, veo lamentable que determinadas personas de la oposición se empecinen en intentar resaltar sólo aspectos negativos, para conseguir un pesimismo constante en la sociedad, que en nada ayuda a salir de la situación en la que nos encontramos, con más del 25% de paro.
La economía siempre fue una asignatura muy compleja y con teorías, para su aplicación, con frecuencia contradictorias, por ello se debe hacer, sobre la realidad, un análisis minucioso del debe y del haber; de no ser así se corre un serio peligro, en la aplicación de esas teorías políticas sobre la distribución de la riqueza, que resulten maravillosas sobre el papel pero a la hora de su aplicación práctica; una minoría se distribuye la riqueza y una mayoría la miseria.
No hay duda que nos falta mucho camino que recorrer para que todos los ciudadanos puedan conseguir una vida digna; siempre chocaremos con el egoísmo de grupos poderosos que pretenderán seguir manteniendo determinados privilegios y, por otro lado, nos encontraremos con demagogos de los que piensan que el dinero es infinito y crece en los árboles.
Estamos en un proceso de transformación y es de esperar que, en los próximos años, asistiremos a cambios importantes tanto en el plano político como, consecuentemente, en el campo económico. Para que ese cambio nos favorezca a todos, se tendrán que controlar los extremismos de uno y otro sentido; bastante tenemos en España para neutralizar a quienes pretenden fraccionarla como para que, encima, sigamos manteniendo posturas radicales.