Ahora que por fin después de largos y costosos años ha quedado liberada la muralla en la puerta de San Pablo y han empezado a limpiar la orilla del río junto a las Salas Bajas (¡Ay, las irredentas orillas de nuestro Tormes), sería bueno proponerse para este año que empieza algunas recuperaciones más.
Pienso sobre todo, y no sé si hoy habrá espacio para otras propuestas, en el descuidado y olvidado sitio de La Flecha, ese lugar cargado de memoria por Fray Luis de León y del que habla en la dedicatoria de los Nombres de Cristo, pondera en su primer capítulo y canta en la Oda a la vida retirada. No hay quien dé más.
Y me refiero no a la zona alta, sino a la de junto al río donde está la ermita u oratorio, las casas de la servidumbre y diversos espacios para dependencias y corrales. Todo en ruinas, lleno de maleza y en abandono total. Las obras de la fallida piscifactoría deterioraron aún más todo el entorno. El lugar tiene un triste encanto dramático y según la luz que haya, sorprende o sobrecoge. Una lápida recuerda que el oratorio, ahora cerrado a cal y canto y medio en ruinas, fue restaurado en 1905 por Don Luis de Carvajal "I conde de Cabrillas, X de Puerto Seguro y XVI de Aveyro", nada menos, aunque son títulos creados o recuperados por Alfonso XIII.
Y allí quedan, todavía visibles, restos de pasados homenajes ya olvidados. El tiempo parece detenido en la ladera, o, quizás, es ya un tiempo perdido. Y todo reclama de quien corresponda una acción inmediata. El ayuntamiento de Cabrerizos, la Diputación, la dos Universidades, la Familia Agustina, etc? lo tendrían fácil y sería un sitio que a poco que se promocionara ganaría visitantes y admiradores. Hasta sería fácil organizar allí en los tiempos oportunos algún acto, evento dicen ahora, dedicado a Fray Luis, o a la Poesía o, incluso, a los Nombres de Cristo. Creo recordar que hace años algún grupo en torno a Don Alfonso Ortega (¿o era Don Enrique Panyagua?) intentó alguna recuperación que no debió llegar prácticamente a nada o quizás fuera sólo algún acto poético y conmemorativo.
Pido ayuda a quienes puedan aportar más datos y, sobre todo, alguna iniciativa. Lo merecen Fray Luis y el apacible sitio donde soñó con la felicidad diaria de una vida retirada.