OPINIóN
Actualizado 02/01/2014
Eugenio Sánchez

"Trabajador incansable, esposo y padre ejemplar", me vale Sabina para el soliloquio de hoy.

Dice que empezó a ganarse la vida con tres años, casi de polizón en una destartalada bicicleta en busca de un chusco que llevarse a la boca. El tercero de los diez hijos de Leonarda y Martín.

De botones en los Limoneros (bar al costado del mercado central), ¡la tía Feli le echó el ojo y no se pudo resistir!. Comenzaron entonces a brotar cinco hermosas criaturas, menos mal que el quinto ya fue varón ¡por Dios!.

"Más triste que un torero al otro lado del telón de acero", dijeron literalmente que no daba la talla, "maestro", la fiesta se lo perdió porque arte te sobra.

Vuelta a los cócteles, pasó por el "Corzo" y aterrizó en el "Gran Hotel", trabajando más horas que tiene el día saca a la familia adelante, doy fe de jornadas de más de 17 horas en Ferias.

He intentado buscar en el diccionario una palabra que le definiese, seré torpe ¡no la he encontrado!, debería incorporarse al diccionario de la real academia española: "Dícese de aquél que ama apasionadamente todo lo que le rodea, especialmente a Feli, a sus hijos, nietos y hermanos, incluso, a las pajaritas de papel".

Aunque no sea el primo favorito de tu hijo Pedro, siempre me sentí como su hermano pequeño y vuestro sexto hijo.

Queridos tíos, Pedro y Feli, habéis creado una familia maravillosa. Qué Dios os bendiga.

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