OPINIóN
Actualizado 01/01/2014
Toño Blázquez

Hay domingos que bajo al Rastro. No sé, te entretiene tanto funambulismo colorista, los tipos y trapíos de las gentes, alguna señora bien eligiendo ropa interior en un estaribel, los telones en el suelo repletos de deuvedés enganchados con cuerdas por los extremos por si la pasma, la colección perfectamente colocada de elefantes trompa arriba de los cameruneses (o por allí). O los bolsos de cuero colgando de un trenzado sujeto al techo. Tengo unos amigos con un enorme puesto en el Rastro donde venden chucherías; los días de diario tienen una panadería cerca de mi casa. Se lo curran tela marinera porque el Rastro es un examen meteorológico de primer orden. Como el de un peón caminero, un suponer: en invierno aguanta el frío, en verano el calor. Como decía Patxi Andión, allí hay de todo y el lenguaje rastril es muy divertido. ¡Hoy no cobro IVA!, grita uno. ¡Como el pato, como el garabato, hoy todo barato!, otro por allá. La colonia de CH, los Adidas, los calvinclein, El Corte Indio y últimamente se lleva la palma la ropa de segunda mano, los tochos encuerdados de calcetines o la curiosa lluvia de encajes, botones, pasamanería, agujas, bolillos, dedales, lana, hilo, del último reducto de la mercería a granel: todo un espectáculo. Y los Anticuarios, esto hay que escribirlo con mayúsculas. Un día me encontré una revista taurina ? Aplauso- y le digo a mi santa: "eh, al loro, ahí viene mi careto". Era de los 80 y ahí aparecía yo de chavea con mi columnita de corresponsal. Todo un hallazgo el encontrarme entre los Anticuarios. Y la evidencia de lo que degenera uno. De todas formas las patatas fritas con kétchup es lo más del Rastro. Creo que están pensando salir a Bolsa.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Patatas fritas con ketchup