Queridos amigos, ¡feliz 2007!
Deseo para todos un venturoso año, este que comienza, y que lo aprovechemos al máximo, porque, por lo que parece, va a ser el último con algo de ventura.
Los agüeros son poco favorables y, para los próximos años, nos hablan de que las cosas irán a peor, a mucho peor.
Aprovechemos ahora que la especulación nos permite hacer crecer nuestro dinero al mismo tiempo que las numerosas plantas de edificios que? ya se venderán. Hagamos inversiones de riesgo ("preferentes" las llaman y por algo será) que, tal como nos las pinta el banco, son apostar sobre seguro, aunque la lógica nos diga que apostar tiene poca seguridad. Derrochemos ese capitalito amasado durante años de esfuerzo casi ímprobo y compremos longanizas para atar a nuestros perros. Hagamos de nuestra capa sayo y sigamos el consejo del arcipreste, el de Hita, animándonos a comer, beber y holgar, que ya habrá tiempo de ayunar.
Disfrutemos este 2007 como si no hubiera un mañana, que ya tendremos tiempo de conocer términos jamás antes escuchados, con los que ampliar nuestra cultura económica, que no haya mal que por bien no venga. Primas de riesgo, rescates económicos, brotes verdes y otros tantas expresiones que, tal como se avecinan las cosas, nos permitirán animar charlas de café, reemplazando a las manidas conversaciones futboleras de toda la vida o a las más recientes sobre viajes a entornos paradisíacos o vehículos cargados de gama, cilindros, caballos y, sobre todo, orgullo, a la hora de pasárselos a los contertulios por la delantera de sus narices. Que para chulos? nosotros.
Vivamos este 2007 con la certeza de la bonanza pasada, que ya tendremos tiempo de ver cómo nuestros ingresos se reducen hasta expresiones mínimas, de ver a nuestros vecinos acudir a comedores sociales para poder echar algo caliente al estómago, de salir a las calles para intentar impedir ese desahucio que jamás imaginamos cuando a esos pobres desahuciados se les concedían sobrevaloradas hipotecas sin tener en cuenta más circunstancias.
Aprovechemos este 2007, que se nos presume boyante, para viajar por última vez desde aeropuertos que dentro de nada serán tumba de faraones o para usar unas vías de alta velocidad que en poco no servirán ni como sustento de "ciclonetas".
En fin, que no quiero ser agorero, pero vivamos el año que ahora comienza como si fuera el último, que ya vendrán tiempos mejores.
¡Feliz 2007! Y que sea lo que dios quiera.