Hoy termina el año 2013. Un "año duro" de recortes y sufrimiento para muchos de los españoles a los que dedicaba mi columna del pasado martes. Todos ellos, sin excepción, han sentido el miedo, ese miedo que paraliza a las personas que lo sufren. Cuando escribo sobre el miedo, siempre viene a mi mente la escena final de una de las mejores películas de la historia del cine, de mayor profundidad, simbolismo y carga filosófica: "Blade Runner" y la frase que pronuncia el replicante Roy Batty, en la voz doblada por el inolvidable Constantino Romero: "Es toda una experiencia vivir con miedo ¿verdad? Eso es lo que significa ser esclavo. Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia". Recomiendo visualizar la escena a través de ese invento que es You Tube. Dejo a nuestro "Dios ortopédico" que es Internet y bajo a la tierra, para desear de todo corazón, a todas las mujeres y hombres de bien, que esta lluvia que nos asola, cargada de las lágrimas de muchos, nos traiga para el año que comienza dentro de unas horas un arco iris de esperanza. La esperanza de que vale la pena luchar por una nueva sociedad, más justa, más solidaria, donde la economía esté al servicio de los ciudadanos y no al revés. Para ello, no nos engañemos, necesitamos de nuevas personas, de esa generación de jóvenes, que dicen, "perdida" de forma interesada. Con ellos tenemos un ineludible compromiso, ayudarlos a brotar a la vida social, política y económica de nuestro país. No construiremos el futuro con "hestos". Con los que han permitido que la economía sea un casino sin reglas donde la banca siempre gana y que nos ha conducido a esta desoladora situación. Para ellos, un deseo en este año que comienza. Váyanse, por favor, váyanse a sus casas, o al sitio donde la justicia dicte en su sentencia.