Hay años que lo mejor que es que no hubieran existido, pero están en el calendario y no hay quien pueda con ellos. Se plantan en medio y no queda más solución que transitarlos. 2013 tenía todas las papeletas en contra por eso delnúmero
Entre las plagas más desagradables habría que meter la de los mosquitos y la de los tábanos (qué silentes y cómo clavan el aguijón). En esta España de pandereta y tamboril los ciudadanos hemos sido acribillados a picotazos por los políticos de toda ideología y condición. De unos sitios y de otros, desde los de Madrid, como se les llama desde provincias, hasta los de las propias autonomías. Todos han formado una plaga en forma de nube que no nos la quitamos de encima ni con Aután. Por eso nos ha seguido persiguiendo la sombra del caso Bárcenas, la controvertida reforma de las pensiones( todos cada día más pobres), las preferentes, ( robo a mano armada desde la moqueta de los bancos y cajas)el caso Blesa, el asunto Urdangarín y su infanta esposa, el fenómeno Matas, los eres de Andalucía y la UGT trincona, el órdago independentista de Cataluña y el desmantelamiento de lo único que teníamos bueno, como era la sanidad pública. El paro, el terrible paro, es una plaga aparte, con oscuridad propia. Porque losdatos
El Gobierno de Rajoy sigue en medio de la escalera sin que los ciudadanos sepamos si está subiendo o bajando. Está de oyente, al igual que la mayoría de los mandamases de las comunidades autónomas que a lo único que se dedican es a decir que la culpa de todo la tiene Madrid. ¿Entonces para
En España siempre hemos tenido históricamente los políticos que nos hemos merecido. No han hecho, ni hacen, nada que no sea paralelo al pueblo: son, de hecho, su reflejo. No vale eso de decir que el pueblo es muy listo y sus políticos tontos. No, los políticos son la extensión de la gente, del pueblo llano, ese que vota a quien le representa. No miremos para
Pongamos el ejemplo de Castilla y León. Aquí los políticos que gobiernan desde hace más de 25 años son del PP. Cuando hablan lo primero que dicen es que a ellos no los registren, que no tienen la culpa de nada de lo que pasa. Siguen tan lozanos y tan apuestos como antes de la crisis. El mundo se desmorona a sus pies, pero ellos lo siguen haciendo a la perfección. Incluso se ofenden si les preguntas; no digo ya si se te ocurre criticarlos: no, eso no lo aguantan. Ellos consideran que la crisis es la única culpable de lo que pasa, que ellos son víctimas porque estaban tan tranquilos en sus coches oficiales y de pronto se han visto molestados. Pobrecitos. Que a ellos no los miren, que ellos trabajan mucho por el pueblo y sólo para el pueblo. Todo por el pueblo. Los cientos de funcionarios metidos a dedo,( que siguen ahí como asesores y otros subterfugios), los sueldos de otros tiempos, los presupuestos con partidas para callar a quien pudiera molestar, como los medios de comunicación, y los mensajes demagógicos permanentes para despistar al personal
Lo que pasa en Castilla y León sucede casi calcado en prácticamente todos los sitios. En Cataluña, tan de moda, la gente, en un porcentaje significativo abonada al independentismo, no pregunta por la corrupción de muchos de sus hombres públicos, ni por el despilfarro en partidas presupuestarias dedicadas a cosas intrascendentes; les basta con echarle la culpa al resto de España, que les roba, y ya con eso se conforman. Muchos desconocen la Historia, (sólo conocen la historia revisada al gusto que les cuenta
2013 fue el año del grave accidente ferroviario de Santiago de Compostela, y de muchos desastres más, como el fantasma de Eurovegas, que recorrió Madrid, al igual que la decepción de los Juegos Olímpicos, que ha dejado a la capital de España sin café, sin leche y sin relaxing, pero con Ana Botella, que es un dolor, como su marido, el carpetovetónico Aznar, el amparador y promotor de su compañero de pupitre, el ínclito Miguel Blesa. ¡Cuánto daño han hecho siempre a España los extremismos, de derechas y de izquierdas! Pues ahí seguimos, a pesar de la Constitución del 78, todos los Estatutos de Autonomía y todos los pactos habidos en estos años de bonanza. 2013 no iba a ser distinto en la invariable voluntad de los españoles de autodestruirnos cada cierto tiempo, como dijo Ortega y Gasset. Somos incorregibles, no aprendemos de la Historia y 2014 promete más de lo mismo. O peor. Pero como gran optimista que soy, voy a apostar por la razón, por el sentido común, por la amistad, por el diálogo, por el "seny" y hasta por el amor si hace falta. Por buena voluntad que no quede. Feliz 2014 para