Dice el diputado del PP por Salamanca José Antonio Bermúdez de Castro que 2013 "termina mejor que empezó" y que 2014 "va a ser el año de la recuperación, de la creación de empleo neto y de nuevas oportunidades para los españoles y los salmantinos". Si él lo dice, seguro que tiene evidencias para ello, pero los ciudadanos ya están cansados de tanta promesa incumplida y de que los políticos hagan justo lo contrario de lo que dicen que van a hacer.
Y si acaba el año mejor que comenzó ¿cómo se entiende que concluya congelando el Gobierno de España el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 645,30 euros mensuales? Y, encima, los trabajadores les tendrán que las gracias porque como es lógico podrían haberlo bajado, pero ya se sabe que 2014 es un año electoral y no conviene "echar más leña al fuego" aunque los comicios europeos a quien importan es, precisamente, a los políticos y en especial aquellos que se quedan sin poltrona en las administraciones nacionales.
A pesar de que cada vez más todo depende de las medidas que se toman en Europa, en España esto de elegir a europarlamentarios no acaba de calar entre la ciudadanía y es que introducir en la urna una u otra papeleta da casi igual porque al final siempre los poderosos y, sobre todo, los económicos, son las que deciden y toman las decisiones.
En lo que seguro que todos coincidimos es que 2013 está finiquitado. Sentimientos como nostalgia, pena y tristeza aflorarán pero no de la misma forma para todos. De lo que se trata es de qué 2014 traiga, sobre todo, trabajo y que éste sea digno. Falta nos hace si el país no quiere rememorar tiempos de desgraciado recuerdo.