OPINIóN
Actualizado 21/12/2013
Raúl Vacas

Hoy escribo con un güisqui con hielo y penicilina como si fuera Sabina, y sin fumar ningún chisqui notifico a todo quisqui que tenga a bien escuchar mi pena de mueble bar, que estoy hasta las narices de nunca comer perdices cuando se trata de amar.

Ojalá el próximo año tropiece mi corazón, y en un beso al alimón ?escondidos en el baño? después de algún gesto huraño vuelva a tenerte de noche, y entre tanto troche y moche y entre tus sábanas frías acaben las tonterías y olvides tanto reproche.

Y que el polen del invierno y las cosquillas del cava te recuerden que te amaba y te amaré hasta el infierno. Manda tus dudas al cuerno, tira el miedo a la basura y aunque no haya cobertura en tus labios movistar, invítame a merendar un filete de ternura.

Echa el pavo en la sartén y escupe tu vanidad, que estamos en Navidad y hoy compré en el "Todo a 100" las figuras del Belén y unas sidras "El Gaitero". ¿Porque sabes lo que quiero? Que el martes, marimorena, pase otra noche muy buena con tus bragas de sombrero.

Me voy a plantar un pino y a decorar el bizcocho y espero que el veintiocho nos tomemos algún vino y no mientas tu destino y acabemos como cubas y otra vez me quede a uvas. Mejor olvido los tragos, escribo a los Reyes Magos y les pido que no subas.

Queridos padres de Oriente: Este año he sido malo y me da un poco de palo pediros el plus, un tente, una novia muy turgente, la gorra del Che Guevara, una camisa de Zara, una vida más decente y una cuenta no corriente que está la vida muy cara.

Y me traéis un camello, a ver qué cojones pasa; y una enciclopedia Espasa; y una soga para el cuello; y sobre, papel y sello para esta carta que escribo. Y también un buen motivo para quererla otra vez y una cuenta en Internez y pelas para el recibo.

Y aunque soy republicano como a veces un borbón de pistachos con turrón, y me cae bien Baltasar. Ni se te ocurra, Gaspar, hacer ruido en el balcón y no me traigas, cabrón, lo que más rabia te dé, que yo tampoco cambié, pero tengo corazón.

Y también, querido paje, me traes algún aprobado sin haber casi estudiado, y una corbata sin traje, y un orgasmo sin peaje, y pilas de duracell. Y al señor Papá Nöel lo mando a tomar por saco y ponemos al Dios Baco a interpretar su papel.

Pues eso, lo que os decía, que en el amor no hay cerrojos, que hagáis zapping con los ojos, que hasta la Virgen María sabe Dios si ligaría antes de la Anunciación, que no os falle el corazón, y que recéis un responso a ver si San Ildefonso canturrea algún millón.

Versión de un texto publicado en Al fondo a la derecha

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