OPINIóN
Actualizado 16/12/2013
Alfredo Pérez Alencart

Ningún armisticio es posible si se trata de la travesía poética que ?en media centuria- ha ido consumando el quiteño Diego Oquendo : lo suyo, justo es decir, encuentra concordancia en las escalas de un periplo que rescata lugares antípodas, gentes por allí, conflagraciones del espíritu por aquí : parábolas de Amor y de angustia, atisbos del fogonazo de Dios (todavía con mayúsculas), balanceo del Eros en labios intensos, en sublevadas caderas al unísono?

II

No trata de lanzar vivas al viento ni fecundar la luna : lo suyo es preparación para el Holocausto en una extraña piedra de sacrificios llamada Amor (antes y hoy, también Después). Amor cual escarceo piel con piel, anotado en el primer poema de esta obra reunida: "Al ligarse tu alegría y mi pena sonó la música del amor, / nos deslumbró su mágica claridad?"; o el apasionado beso de aquella pareja en Times Square, como memora en el último texto escrito que nos deja conocer.

 

Pintura de Miguel Elías

 

III

Diego Oquendo emplea, por lo general, el versículo para unir las sílabas de su intenso Memorial, confesión propia y/o preocupación por los demás : He ahí el muro de Berlín, no solo atisbado sino sentido con relación a quienes se obligó a quedarse donde no querían. Leamos unos versos de plena actualidad en otros escenarios: "La conciencia exige libertad para seguir despierta. / ¿Cuántos más desean escapar de una ciudad maldita?".

Conocedor de la expresión poética de los poetas-profetas bíblicos -basta otear citas o leer ciertos textos- , Oquendo encuentra conexión con el poeta llamado Jesús, tan revolucionario cuando prodiga su Amor. Y dice :  "?El  amor es el tema que ilumina sus páginas. / El  amor que pueden sentir los pescadores, por ejemplo. / O las prostitutas. O los pastores que santifican las rocas milenarias. / O los leñadores que cortan árboles para sembrarlos en el alma. / O ese hombre ?el Hombre-, que saca peces y panes de la nada / y cuelga soles, misericordiosamente, en las noches más oscuras. / Alguien capaz de beber la amargura para dulcificar el mundo?".

Lo suyo tiene que ver con tránsitos por caminos del mundo, cierto, pero también le atañen esas estaciones del alma por la espinosa noche de su carnal fortificación vacilante, como la de todos los seres humanos, cargados de dudas y disquisiciones.

 

IV

El Amor y el Viaje: dos ejes girando a diario dentro del corazón de Diego Oquendo : ambos embarazan su pensamiento y su visión, su ansia necesaria de caminar hacia lo infinito. Así, destilando lo primero, nos dice : "?el amor por el amor no falta./ Lo que sucede es que emigra, mientras yo desembarco en el muelle de siempre?".  Un nuevo viaje tiene los días contados, porque el ADN se hereda, como los han hecho sus propios hijos: "Todos los míos han emprendido viaje. / Solo yo he vuelto a desembarcar en el muelle de siempre? ".

Dicho muelle es Quito, la ciudad donde en julio de 2011 conocí a Diego Oquendo, un poeta que nunca colgó sus "sandalias de judío errante", un notario de la noticia diaria que confiesa su predilección por otros horizontes, telúricos y espirituales: "Viajé en pos de lo inalcanzable./ En nosotros se agazapa la sombra, / aunque el esplendor de la costa nos engañe con un mediodía eterno".

 

Pintura de Miguel Elías

V

Celebro que en este hangar se aposten los poemas de Oquendo. Y los saludo por enésima vez, y los anexo a mis lecturas de transterrado bajo una luz que tiene su propia niebla.  El misterio nos regala lo que ya sabemos : una puerta estrecha, un trago de luz, unas verdes mariposas?

Diego anota lo que aprecia: por ello sentencia, a modo de proverbio:

Igual que los zapatos nos gastamos. 

Nos vamos aligerando, la desnudez viene en camino.

Octubre y en Tejares (2013)

 

(*) Prologo del volumen 'Acerca del Hada y el Hombre Intenso. Poemas 1975-2013' (Cubierta y dibujos interiores de Oswaldo Viteri; contratapa de Antonio Rodríguez Vicéns. Ediciones Librimundi, Quito, diciembre de 2013, pp. 230).

 

(Adenda): Diego Oquendo Silva nació en Quito en 1938. Periodista, escritor, poeta, abogado y doctor en Jurisprudencia. Ha ejercido fundamentalmente el periodismo y ha vivido cerca de los libros toda su vida, como lector y como autor. Ha trabajado en varios medios de comunicación: Diario El Tiempo, de la capital ecuatoriana, Diario Expreso, de Guayaquil. Teleamazonas y Gamavisión, en los dos canales su gestión fue un suceso. A la fecha es editorialista del periódico Hoy, habiendo mantenido por más de 25 años en el Diario El Universo, de Guayaquil, su columna: El gallo de la Catedral. Desde hace tres décadas produce y conduce el programa "Buenos Días con Diego Oquendo" en Radio Visión. (Dr. Oswaldo Paz y Miño).

Pinturas de Miguel Elías

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