OPINIóN
Actualizado 16/12/2013
Cipriano Pablos

Dijo un día Winston Churchil, (que no era tonto, precisamente ) que "los fascistas del futuro se llamarán a sí mismos antifascistas".

Algunos necesitan que se les recuerde, de vez en cuando, que el fascismo es un sistema totalitario, como lo son el marxismo/leninismo/stalinismo? y otros ismos de la misma catadura.

Parece que en nuestra sociedad sólo pervive el fascismo y además se llama fascista a cualquiera que se identifique con la derecha o, simplemente, no sea "progre".

Ideologías a parte, a las personas se las debe juzgar por sus hechos, porque estos retratan de manera fiel lo que cada uno es realmente.

Y a las pruebas tendremos que remitirnos. La extrema izquierda, cobijada bajo diferentes nominaciones y símbolos, es capaz de justificar todas sus acciones, por terroristas, inhumanas y antidemocráticas que sean. La vara de medir sus propios actos es larga. A los que no piensan como ellos les aplican una más corta. Hablan de recorte de libertades y derechos y ellos se lo niegan todo a quienes tienen por enemigos. Utilizan habitualmente su "interesada" memoria para recordar las maldades del fascismo (que las tuvo y las tiene) y olvidan las propias que son muchas y tan despreciables o más que las otras.

La cruz gamada representa un horror que jamás tuvo que producirse y ojalá nunca más se repita. Pero ahí sigue la hoz y el martillo con cien millones de muertos y muchos otros derechos humanos esenciales pisoteados. Y siempre, administrando miseria para el pueblo, como postre.

La bandera del "aguilucho" (como la llaman) no es constitucional. Hacen mal quienes la exhiben. Pero también la tricolor de la República no lo es y hasta algún parlamentario y secretario general de su partido (señor Cayo Lara) la tiene en su despacho. Pero claro, a uno de izquierdas la democracia le tiene que permitir lo que le venga en gana, porque si no echa mano del recorte de libertades y derechos.

La democracia es el medio donde los "no demócratas" se mueven a sus anchas, pero no porque ellos sean demócratas, al menos de manera aceptable. Las dictaduras de derechas las abominan y las de izquierdas las aplauden, las defienden y si pudieran, nos las imponían a todos. Y son despreciables todas.

Así es que menos antifascismo y más ejemplo de democracia verdadera, que nos exige a todos lo mismo y a todos nos hace iguales. Manga ancha para nadie.

 
 
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