OPINIóN
Actualizado 15/12/2013
Paco Cañamero

Con el cadáver nuestra querida Unión todavía caliente, los domingos sin fútbol en Salamanca no son iguales. Huérfanos de las glorias y de los sentimientos blanquinegros a cada momento desempolvamos en los almacenes de la memoria los recuerdos que quedaron grabados a fuego en nuestro corazón. El mismo que bombeaba sangre blanquinegra.

Recuerdos de Alves, el maravilloso jugador portugués de los guantes negros que levantó pasiones con su talento e incluso fue autor del gol al Real Madrid cuando ganamos Chamartín. Los espectaculares paradones del mítico D'Alessandro, por quien encendieron velas a Santa Teresa para que volviera a jugar al perder un riñón tras un choque con Dani en San Mamés. La contundencia de Ricardo Rezza, el central más elegante que vistió la camisola charra. El gol de Sánchez Barrios al Betis, con el que se logró el primera ascenso a la máxima categoría e hizo soñar despierta a toda Salamanca. El amor propio de Huerta, el 'capi'. El toque maestro de Robi. El incesante fuelle de Enrique. La entrega de Julio Pedraza en la banda derecha. Los cigarrillos de García Traid en el banquillo. Los regates del canario Juanito 'ginebra'. Las provocaciones de José María García en un partido contra el Atlético de Madrid a raíz de la grave lesión de Fraguas. Las retransmisiones de Vicente Herrero en la cadena Ser, con su inconfundible voz; la paz de don Isidro, el pater. La visión de juego de Robi, que marcaba diferencias. Las crónicas de Lorume en El Adelanto y los libros de Gil Pérez. Los prontos de Balta. El espíritu y la garra de Sito.

La clase goleadora de Pauleta, un portugués de oro, muchas veces gracias a un pase medido de su paisano César Brito, otro genio que defendió la camiseta unionista, o un toque magistral de su también paisano Taira. Los partidos de casa en la época de Rojo como entrenador. La desolación de Vieri cuando marcó cuatro goles para el Atlético de Madrid y no sirvieron para nada, porque el Salamanca metió cinco. Las numerosas victorias al Barcelona, en una de ellas con el 'mago' Helenio Herrera de entrenador culé quiso que volviera a repetir un partido. La visera del fondo norte cuando se la llevaba el viento. Los seis goles al Valencia. Las tardes de Cruyff en el Helmántico. El debut de Maradona y Enrique 'el fari' frenó todas sus intervenciones. Las 'gambetas' de Ito, quien iba para figura y fue traspasado al Real Madrid. Los gritos de ¡Hala Unión! que enronquecían las gargantas de pasión. Los partidos que se jugaba algún ascenso. Las tardes de frío soporífero. La calidad 'sorda' de Ángel de los Santos, uno de los grandes, que también fue traspasado al Real Madrid. El masajista Pepe Borrego con la toalla al hombro, el pantalón corto y sus inconfundibles gafas de pasta echando los bofes mientras corría la banda para aliviar al lesionado. Lozano un portero que se ganó un sitio en el club. Un polémico partido de promoción de ascenso contra el Villareal en el que hubo hasta ¡8! Expulsados. El recibimiento de Silvestre Sánchez Sierra cuando jugaban contra los equipos de Barcelona.

La rivalidad contra el Real Valladolid convertida en vergonzosos insultos entre las dos aficiones. Las visitas de los equipos vascos que era un día grande para la hostelería. Las tardes deslumbrantes de Arconada y con sus prodigiosas intervenciones imposibilitaba que se le pudiera ganar a la Real. La afición gritando a coro: "Peeeeepe, Peeeeeepe", en honor del honrado canteraro que jugó tantos años en el primer equipo. Las visitas del Real Madrid en las que muchos salmantinos, chaqueteros ellos, desertaban de lo suyo para apoyar al rival, algo que también sucedía con el Barcelona. Antonio 'el músico', portero que fue la foto habitual en el banquillo. La implicación en la compra de un partido en Málaga que tantos dolores de cabeza trajo al club. Gabino Sánchez, el eterno gerente con su habitual seriedad. Las excentricidades del doctor Alfonso Cabeza en un partido contra el Atlético de Madrid. Un peñarandino llamado Luis García que se hizo grande. Los pases de medidos del 'gordo' Muñoz, que tenía un guante en el pie. Aquel 'once' que se llamó Carlos Báez.

Los insultos a los árbitros cuando se confunden en contra de la UDS, que era casi siempre. En definitiva que cada domingo vuelve a desempolvarse la soledad de nuestra querida Unión, huérfanos ya de sus sentimientos.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >La UDS de nuestros sueños