OPINIóN
Actualizado 14/12/2013
Policarpo Díaz

No se lo vayan a tomar a mal, queridos lectores. No quiero amargarles la vida y tampoco quiero convertir esta amable página, en un contenedor para basuras varias. Pero quiero decirles ?sin el ánimo de molestar- algo de lo que me pasa y de lo que siento. Y desde luego, sin querer ofender a nadie?

Pero es que resulta que:

Me ciegan, confieso que me ciegan y hasta me hacen daño las prematuras luces de Navidad y los escaparates decorados, las avenidas y los centros comerciales iluminados y los villancicos sonando a todo trapo en radios y locales.

Me indigestan las "cenorras" de Navidad, las cenas de empresa, de colectivos, de facultades, de colegio, de grupos?

Me vacían los bolsillos y el alma los regalos, las compras anticipadas de comida o de mil mandangas más, que por incitación de la publicidad, hacen que en vez de sufrir la cuesta de enero, la anticipemos a principios de diciembre. Y de eso de la crisis, ya hablaremos más adelante, que parece que ahora es tiempo de brotes verdes.

Me bombardean con participaciones de lotería de navidad o décimos o boletos para rifas de cestas.

Me arruinan la agenda ?tan necesaria para otras cosas- la cantidad de eventos a los que soy invitado: festivales de Navidad, conciertos, galas, rastrillos, cenas solidarias?

Me cansan los ojos y las manos tener que leer y redactar tanta felicitación navideña, recibida y contestada a destiempo, y que tantas veces no es más que un cansino rito, vacío de corazón y hueco de verdad, con tópicos que están tan lejos del corazón!

Me roban un precioso tiempo atender a los buzones de voz, a la bandeja de entrada de mis cuentas de correo, de mi whatsapp? con verdaderas chorradas "seudonavideñas" o "paganonavideñas" que consisten en bromas, chistes verdes, vídeos sin gracia, villancicos con la letra cambiada, fotos con las caras de los políticos y artistas famosos ocupando los puestos en el pesebre? No sólo no me hace gracia, sino que incluso me veo invitado a reenviarlo y a contetarlo, sopena de perder la amistad (dícese amistad de un nuevo concepto de aquel o aquella que figura en la lista de tales de tu facebook) o lo que es peor "los seguidores" (en Twiter a los amigos se les llama seguidores).

Sí a todo. A todo o a casi todo. Pero desde el día 25de diciembre en adelante. Hasta el domingo 12 de enero es tiempo de Navidad: ¡anda que no hay días para celebrar, comer, juntarnos, despedirnos, brindar, cantar villancicos, hacer teatros, festivales, poner belenes y árboles, iluminar las calles?!

Pero lo que más me duele y me enerva, es que mientras todo esto sucede, y el mundo va desfilando una tras otra todas sus banalidades y trivialidades, el profeta Isaías no deja de proclamar unos gritos de esperanza alucinantes que caen en saco roto. El bautista sigue desgañitándose como voz que clama en el desierto y ?claro- su sermón se pierde. María, esperando el final del embarazo y sus hijos todos de espaldas, cegados, indigestados, vacíos, bombardeados, arruinados, cansados y robados? Y lo que es peor, sin una pizca de esperanza y de alegría. Menos mal que el Papa Francisco nos ha regalado la Evangelii gaudium, por cierto, preciosa tarea para el Adviento.

¡Feliz Adviento! desde la Pastoral Universitaria. A cada día le basta su afán y como dice Wert (o es el Eclesiastés?) "todo tiene su tiempo".

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