No parece discutible la ilegalidad de la doctrina Parot y, lo que es más grave, su aplicación, que permite la excarcelación de violadores irredentos, asesinos orgullosos de ello y monstruos sexuales de todo pelaje. No resulta posible la lucha contra la situación creada por el Tribunal de Estrasburgo, la celeridad de un gobierno que se esconde y una doctrina mal elaborada, así como una sociedad que ha estado muy cerca de las víctimas, pero sin hacer nada de nada.
Ahora, se critica al gobierno por la aplicación de la famosa Sentencia, pero ¿tenía otra opción jurídicamente aceptable?, no lo creo. ¿Tenía que realizar una aplicación extensiva a otros casos? Pues no, por no ser lo que se denomina una "Sentencia piloto"; es decir, es una Sentencia para el caso concreto, por expreso deseo del Tribunal; o sea, podrían producirse otras Sentencias en otro sentido más adelante o al menos el Tribunal no acordó su carácter extensivo.
Pero, en un intento de no utilizar a terroristas, violadores y otros salvajes como arma arrojadiza de orden político, por ahora, me gustaría ver al iletrado ministro de Justicia, señor Gallardón, haciendo propuestas de futuro a los vociferantes opositores, realizando planteamientos de solución para mañana a las víctimas, buscando que, el propio dolor de hoy, no sea el sufrimiento de otros mañana.
Si ha salido de presidio la alimaña Ricard y, eso parece de imposible solución, cuando mañana él, u otro como él, machaque física y sexualmente a otra pequeña hasta la muerte, ¿queremos volver a empezar? ¿Qué norma, o fórmula legal, se ha diseñado para ese hipotético, probable e indeseado supuesto? ¿Se han articulado fórmulas administrativas, penales y/o de otro orden para que el violador no pueda volver a la calle y repetir su desmán?
Los juristas no estamos para llorar, ni para maniatar a un gobierno, ni para dañar los Derechos Fundamentales del reo o de la víctima, sino para articular fórmulas legales que integren las situaciones y resuelvan los problemas y aún no he visto un Colegio de Abogados, un despacho de penalistas, ni una sola organización jurídica o de perjudicados que, en lugar de chillar, realice propuestas futuras de solución. Pongámonos todos a trabajar en positivo y a dar soluciones, en lugar de estrellarnos contra un muro.