Mario Vargas Llosa: "Necesitamos héroes anónimos, esas gentes humildes, sensatas y bienintencionadas cuyo sacrificio hace posible que las cosas avancen" (El héroe Discreto).
Mis héroes y heroínas, no se encuentran en el mundo literario, artístico y menos en el político. Mi concepto de héroes es diferente a los que marcan ciertas pautas sociales.
Los héroes y heroínas no son solo los que van a países subdesarrollado y zonas deprimidas, o los que realizan actos valientes y salvan vidas humanas en conflictos bélicos, que lo son, no me cabe la menor duda, admiro su entrega y generosidad, pero quiero referirme a personas que en Salamanca se dedican a los demás, personas, muchas de ellas, anónimas, con los que nos cruzamos en la calle y apenas los percibimos, gente sencilla, generosa que han abandonado comodidades y trabajos fijos; soñadoras, que a pesar de vivir en una sociedad deshumanizada siguen luchando no solo por hacer un mundo mejor sino por ayudar, hasta donde pueden a muchas gente que en nuestra provincia están pasando penalidades y sufren de soledad.
Personas de incansable protesta social que aun conservan el sentimiento y lucha colectiva y salen a la calle para pedir una sociedad mas justa e igualitaria.
Se acercan días en que nos bombardearan con mensajes de paz, solidaridad y amor, se organizaran actos y actividades para recaudar fondos; pondremos nuestra mejor sonrisa hipócrita para compartir esas cenas de amigos, familiares o trabajo, en muchos casos, con alegrías artificiales, donde fingiremos querernos. Son tiempos de planificar vacaciones, de regalos y consumo excesivo.
Por eso en estos días de hastío, desencanto, y de hipocresía sutil, quiero resaltar la labor de todas estas personas maravillosas, hombres y mujeres que durante todo el año, incansablemente, trabajan en ONGs. Cáritas, Barrios, Asociaciones, Voluntarios, gente anónima, solidaria, sin alardes que hacen y desarrollan el trabajo que corresponde, realizar a los Gobiernos e Instituciones.
Esa gente que tantas veces tratan de despertar nuestra conciencia, sobre todo a los que la vida nos a puesto en mejor situación y que a pesar de la crisis somos unos privilegiados.
Una vida dedicada a los demás merece mi respeto y sobre todo mi admiración.