10.000 ni uno más ni uno menos, parece que fue lo que decidieron en Panamá, en uno de esos corrillos que se forman en los descansos entre ponencia y exposición y ponencia? Guelbenzu que de esto debe saber dijo que solo unos 10.000 leían alta literatura en España. Otro "experto" que pasaba por allí y que debía tener la pureza de la literatura en alta estima dijo que ni hablar "unos 1000, no suben de 1000" el agitador cultural que nos ocupa y que nos contaba esto apoyaba a Guelbenzu "sin mucha convicción" ?luego se pusieron a debatir sobre alta literatura, Lampedusa, Cervantes, Galdós ?Y en esto apareció Vargas Llosa : "No, hombre, no, muchos miles más", ya sabemos que don Mario es optimista y además pensaría: ¿y qué hacen con mis libros, los que los compran?. Yo modestamente estoy con Vargas Llosa, si solo 10.000 personas en este país leen buena literatura, no sé para que tanto quejarnos de los recortes y la educación, porque ya no hay remedio, como no se refunde el país como los partidos políticos, no tenemos futuro. Si de 46 millones de habitantes para redondear, solo 10.000 lectores son capaces de atreverse con Chirbes por citar a otro autor que ellos nombran vamos muy mal.
Luego claro está siguen con sus disertaciones exquisitas sobre la alta y baja literatura, la permanencia en la memoria, el triunfo social, la literatura universal y demás cosas que el común de los mortales lectores no nos plantemos cuando cogemos un libro que nos apasiona y no lo dejamos hasta el final, para volver a comenzar. Los escritores me temo que independientemente de la literatura que hagan aspiran a tener lectores, si nadie te lee, no existes en ningún Canon, ni en el de exquisitos por excelencia y de verdad que los lectores sabemos casi siempre lo que queremos leer y lo buscamos y en ocasiones hasta lo encontramos.
Tal vez deberían haber abierto estas charlas tan instructivas a las 1200 docentes panameños de la Red nacional de Docentes del Español de las 15 regiones educativas del país a los que invitaron para que se actualizaran en la materia?Ahí está el error, los maestros de Panamá o de cualquier parte del mundo están más que actualizados, viven a pie de calle, a pie de lengua; son los académicos, los ministros de educación, los intelectuales que disertan sobre todo lo divino y humano, los que no están actualizados. ¿Cuándo fue la última vez que vieron a un niño de cerca? Y a un adolescente ¿Saben que leen? ¿Saben que les interesa?. Tal vez debieron de escuchar a los maestros y hubieran aprendido algo, en vez de explicarles bonitas teorías para que los estudiantes lean, escriban y hablen bien.