OPINIóN
Actualizado 23/11/2013
Victorino García Calderón

La casualidad en el tiempo hace que hoy día 20 de noviembre de 2013, fecha en la que escribo, se conmemoren las muertes de personajes tan dispares como Francisco Franco (1975) y José Antonio Primo de Rivera (1936) por un lado, y Buenaventura Durruti (1936) por otro, además de Santiago Brouard (1984) y Josu Muguruza (1989) ambos miembros de H.B. y asesinados por los GAL. Tantos acontecimientos en un mismo día hacen que uno piense en los motivos que llevaron a tal coincidencia. La muerte del primero parece más que evidente que fue hecha coincidir con la de su antiguo oponente falangista, fusilado en tiempo de guerra por los republicanos, en el liderazgo de los nazi-onales ocurrida 39 años antes. La otra, la de la muerte por una bala "perdida" del anarquista y revolucionario Durruti es un misterio que espero que algún día se resuelva. La de los entonces diputados abertzales a manos de las fuerzas del estado en flagrante guerra sucia, es obvio que también las hicieron coincidir.

Hay otra coincidencia en el tiempo que aparentemente nada tiene que ver: ayer mismo unos fotografié unos nubarrones paseando por los alrededores de Morille. Salimos mi mujer y yo a dar un paseo con el ánimo de andar deprisa y al principio así lo hicimos, las nubes, cada vez más negras aunque alternadas con claros, nos acompañaron los primeros hectómetros mientras salíamos del pueblo con dirección a Mozárbez. Pronto nos dimos cuenta de que no iríamos muy lejos, los colores del atardecer nos atraían e impedían mirar solo al frente debido a la belleza que transmitían y como llevamos siempre algún dispositivo fotográfico por si acaso, hicimos uso de él. Algunos tonos grises se fueron tornando poco a poco en tonos cálidos, el sol, oculto tras los nubarrones del horizonte, se fue abriendo paso entre ellos muy cerca de la línea de los cerros cercanos a San Pedro de Rozados luciendo insultantemente un rojo humedad tan intenso que iluminó todos los nubarrones por debajo. El espectáculo rojo y negro estaba servido, las admiraciones de mi mujer y mías eran de voz en grito, la bóveda celeste que teníamos sobre nuestras cabezas se volvió aplastante y amenazadora, tomamos nuestros respectivos dispositivos móviles, un teléfono y una tableta y comenzamos a registrar en ellos con toda la intención artística que podíamos, aquella representación de la fuerza cromática que tiene a veces la naturaleza. Por supuesto que el paseo se acabó, habíamos recorrido poco más de un kilómetro y allí permanecimos haciendo fotos hasta que el sol se ocultó tras el horizonte terrestre definitivamente, momento en el que las nubes volvieron a recuperar toda la gama del gris al negro.

Tomamos el camino de regreso anocheciendo y recordando el maravilloso regalo que habíamos contemplado momentos antes. Hicimos alusión a la negrura de las nubes, en contraste con el color rojo intenso o? ¿debo decir encarnado? ¡otra coincidencia! eran los colores de la CNT de Durruti y de la Falange de José Antonio. Todo se fue tornando amenazadoramente negro, casi igual, si no lo remediamos, que el futuro dictatorialmente democrático que el poder nos quiere imponer en un alarde de desfachatez tal, que hace falta volver a mediados del siglo pasado para encontrar algo parecido. Llegamos a casa ya casi de noche y nos refugiamos en el calor del hogar acordándonos de las nuevas leyes de educación, seguridad ciudadana, regulación del derecho a huelga, dimisiones en masa de altos funcionarios de Hacienda por seguir la pista del recorrido de las grandes fortunas, incluidas las peperas? en definitiva, demasiadas nubes negras sobre nosotros, demasiadas coincidencias para un solo día.

 

 

 

 

 

 

 

 

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. > De coincidencias y colores