OPINIóN
Actualizado 11/11/2013
Emiliano Tapia

Me cuesta decir, sentir y gritar, soñar y trabajar cada día, junto con tantos hombres y mujeres de buena voluntad, junto con tantos colectivos, por otra cosa distinta a buscar y lograr la mejor de las herramientas para conseguir los "derechos sociales para todas las personas", cuando comparto mano con mano, corazón con corazón, palabra con palabra y gesto con gesto, lo que con tanta dureza veo que sucede a mi lado con la máxima gravedad y que priva de lo más elemental a muchas personas.

.Nos hemos encontrado en este pasado fin de semana un grupo de compañeros y compañeras, para decirnos y reflexionar juntos, una vez más, sobre la realidad de empobrecimiento con la que dolorosamente caminamos con nuestras vidas cada día de forma injusta e intolerable en los distintos lugares del Estado.

Somos conscientes de estar apostando por propuestas alternativas que exigen tener herramientas que ayuden a ir cambiando situaciones injustificadas en una sociedad con la riqueza suficiente para transformar de raíz estas consecuencias de la inconsciencia humana que nos deja el poder en personas y colectivos.

Baladre, es una coordinación de personas y colectivos de todo el Estado español, con diferentes sensibilidades, pero con una voluntad común: la de denunciar la desigualdad, el empobrecimiento y la exclusión en cualquiera de sus formas; y, sobre todo, las causas de su pobreza, que se derivan fundamentalmente del enriquecimiento de los menos.

Baladre nos ha reunido con la intención de buscar lo común, lo que nos une, para que avanzando desde ciudades y pueblos, creemos el debate necesario sobre nuestras diferencias en la manera de vivir y afrontar las distintas situaciones. Buscamos juntas y juntos cambiar esta sociedad y conseguir una realidad nueva.

Somos perfectamente conscientes que sin un verdadero cambio social estructural no hay salida a los problemas personales y colectivos de tantas gentes que se encuentran desalentadas por la desilusión que provoca el momento actual.

Nuestras luchas y la de nuestros colectivos van al corazón de la indignación que nos provoca sentir y ver cuanto vemos y sentimos; salvar los derechos sociales innegociables en la vida de cada persona y colectivo humano, esta es la tarea.

El momento que vivimos como grupos y movimientos en coordinación, exige que nos podamos reforzar en nuestras tareas desde la diversidad; reivindicando para la transformación social, que supone vivienda digna, comida diaria, acceso a la educación y a la salud; la lucha por el derechos a la RENTA BASICA DE LAS PERSONAS IGUALES; como renta para todas las personas, y que sea individual, universal e incondicional, de tal manera que nos permita a todos y todas vivir dignamente.

Estamos de acuerdo que reivindicar y proponer un instrumento de este tipo para posibilitar el urgente reparto de la riqueza, supone, ante todo, creer en esta herramienta, que no es la única, pero sí en la que nosotros creemos para andar el camino hacia una nueva sociedad necesaria y con posibilidad de ser más humana.

Si creemos en esta herramienta y hacemos lo posible por organizarnos en torno a ella, estaremos dando un paso importantísimo en la consecución de los derechos sociales fundamentales para todas las personas, y sobre todo, de los más empobrecidos.

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