Lo más "chic" socialmente es asegurar que "Zutanito es un profesional". Ser profesional parece la "quintaesencia". Yo fui "amateur" en asuntos futbolísticos cobrando cifras modestas por hacer el mismo trabajo que mis compañeros profesionales. Como le daba al balón con cierta prestancia, me responsabilizaron por cuanto era una promesa en ciernes, un valor teórico, un futuro futbolista del club cuyo valor se multiplicaría por cien. En aquellos años 60, a los futbolistas aficionados que cobrábamos nos llamaban "amateurs marrones", como a los olímpicos. Era una hipocresía de la época.
En el libro "Jorge Sampaoli: nada es imposible", de Esquivel, el técnico Sampaoli disfrutaba con el término "amateurismo": "Aficionado a algo con cierto conocimiento de la materia de que se trata". Yo he pasado por aquellas mismas fases: "?(Sampaoli) siente nostalgia por aquel tiempo que no volverá, por ese niño que todos llevan dentro y que quisieran volver a revivir. Cuando lo que se hacía se hacía sin afán, solo porque se disfrutaba?"
Ahora resulta que ser "amateur" no implica responsabilidad, aceptación de pautas, realización sistemática de entrenamientos serios, compromiso permanente? Siempre será la mejor y más bonita etapa de todos mis desempeños y conozco a mucha gente con la misma percepción. La auténtica realidad es que hay muchos "amateurs" que actúan como profesionales y, también, existen muchos profesionales que son "amateurs"? Tanto en el fútbol como en la empresa es muy difícil contar con personas que añadan valor a las actividades con pasión de aficionado? Me sigue motivando más el "amateurismo" (afición) que el "profesionalismo" (obligación). Quizás volvamos a los orígenes del fútbol: Ser un "amateur-profesional"?