No tengo intención de seguir el camino jocoso, pícaro y satírico que cabría esperar por el título que he puesto a mi encuentro de los martes. No soy Quevedo, pero me gusta Quevedo. Es por esto que no descarto, a medida que nos vayamos "conociendo", hacer uso de todos los recursos a mi alcance , si el tema se presta, para llegar mejor al mensaje que, con toda modestia, pretenda trasmitir.
Si Salamanca es ciudad de saberes y cultura y para aprender hay que venir a ella, que diría el refrán, tendrá que ser porque los salmantinos de cuna o adopción dan fehacientes muestras de tan loables adjetivos , que han de ser visibles y legítimamente merecidos.
Con frecuencia, cuántos se quedan en el mero hecho de estudiar, conocer, saber, asistir a actos llamados culturales (dudosos, cualitativamente, tantas veces ) y todo eso lo echan al saco de su curriculum cultural. Sin más trascendencia. Hacer todo eso está bien, incluso es necesario. Pero eso no es nada más que la siembra de esa espiga, la cultura, que tiene que dar sus frutos. Y el fruto final tiene que ser el comportamiento, la actitud frente a la vida y la sociedad en la que nos toca vivir.
Nuestros jóvenes estudiantes han empezado el curso y la sensación que tenemos es que andan de fiesta en fiesta ( y las que les quedan, huelgas a parte ). No son todos, pero sí los suficientes para hacerse notar. Es necesario el ocio y la diversión, pero sin ir más allá de lo que representa la coma en una frase: sirve para respirar. Algunos hiperventilan.
Lo lamentable es el rastro que dejan las fiestas: suciedad, mobiliario urbano deteriorado o inservible, molestias a altas horas a los convecinos, problemas con el alcohol? Si ellos son todavía, por la edad, "aprendices de cultos", no parecen ir por buen camino, si tenemos en cuenta los resultados.
A la par que la sociedad está rechazando, con razón, otras adicciones como la del tabaco, se está promocionando entre los jóvenes, de forma descarada, la adicción al alcohol. Mal consejero el alcohol. El añejo refranero estudiantil salmantino dice: "Do entra beber, sale saber". Pues eso.