El Museo Textil se muestra ya al completo en la Casa de los Condes

Tras varias semanas de arduo trabajo por parte de integrantes de la Asociación de Mujeres 'Villa de Lumbrales', las piezas del Museo Textil vuelven a encontrarse bajo un mismo edificio. El proyecto de rehabilitación de la Casa de los Condes, para su reconversión en Centro de Interpretación de 'Territorio Vettón', motivó hace tres años que la mayor parte de los elementos que conforman el museo quedasen 'recluidos' en el bajo del Hogar del Jubilado. Solo un telar del siglo XIX, un torno y un rodillero se trasladaron al espacio museístico de la Casa de los Condes, lo que provocó el desencanto de Teruqui Robledo, principal impulsora de esta muestra inaugurada en 1999 cuando ejercía como concejal de Cultura del Ayuntamiento Lumbralense.

Hoy, y desde hace unos años, la presidenta de la Asociación de Mujeres 'Villa de Lumbrales', se encuentra más feliz que de costumbre tras ver en un mismo edificio la totalidad de los elementos que conforman el Museo Textil, fiel reflejo del pasado glorioso de la villa de Lumbrales ligado a la industria del sector textil desde mediados del siglo XVII y hasta mediados del XX.

Pero esta felicidad no ha sido gratuita. La reivindicación de la Asociación de Mujeres 'Villa de Lumbrales' ha durado tres años, hasta que el Ayuntamiento finalmente ha facilitado la reunificación de las piezas que conforman la muestra. Tras el compromiso adquirido por el alcalde, Pedro Sánchez, para reunir en un solo edificio todos los componentes del Museo Textil, el Ayuntamiento procedía semanas atrás a adecentar una de las dependencias de la Casa de los Condes, actuación a la que se sumaban las integrantes de la junta directiva de la Asociación de Mujeres 'Villa de Lumbrales' antes de proceder al traslado de cada una de las piezas.

Para Robledo "todo este periplo ha supuesto un desgaste emocional importante, que ahora se ve compensando viendo todas las piezas reunidas", pero no olvida que "acomodar el nuevo espacio, previa limpieza, ha originado un gran esfuerzo, propio de las características de la exposición, teniendo en cuenta que no ha venido ninguna empresa museística a montarlo, como se suele hacer con otros museos". Además, subrayaba que "los gastos ocasionados en ese proceso han sido asumidos por la Asociación de Mujeres y también por el altruismo de algunas personas que han aportado generosamente su ayuda". Todo ello pone de manifiesto la consecución del ofrecimiento que en su día realizó este colectivo en lo que respecta a su aportación económica y humana, un compromiso cuyas consecuencias están ahora a la vista de todas aquellas personas que visiten la Casa de los Condes.

Ahora, los visitantes del Centro de Interpretación de programa 'Territorio Vettón' podrán observar al completo el Museo Textil, aunque repartido en dos escenarios. Uno en la planta alta del edificio, donde permanece el telar del siglo XIX junto a un rodillero y un torno de las mismas características del pintado por Velázquez en 'Las hilanderas', y otro, en la Casa de los Abuelos, donde permanecen ya la mayor parte de sus componentes, incluida una manta confeccionada en uno de los telares de Lumbrales en el año 1849.

Conseguida esta meta, ahora la Asociación de Mujeres "esperamos que el esfuerzo realizado tenga su recompensa con el compromiso del Ayuntamiento para desarrollar y fomentar, principalmente entre las generaciones de jóvenes, el conocimiento de este patrimonio histórico", a la vez que piden se desarrolle "una oferta amplia de promoción del Museo Textil para que sea una razón a tener en cuenta a la hora de visitar nuestro pueblo".

Pero la aportación de la Asociación de Mujeres al Museo Textil no solo se cierne en torno a la conservación material de sus elementos. Teruqui Robledo va más allá al subrayar la importancia de ese trabajo en la divulgación y promoción de la historia de Lumbrales mediante la presentación de láminas cuya información está documentada. A este respecto, hace mención al estudio realizado por Eugenio Larruga en 1777, momento en el que en Lumbrales contaba para su industria textil con cerca de medio millar de trabajadores, "además de las mujeres que hilaban el estambre a mano en casa", añade Robledo, lo que "hace suponer que si entonces la industria del telar estaba en pleno esplendor, sus inicios se remontarían al menos 100 años antes".

Breve historia de la industria textil de Lumbrales

Según de Eugenio Larruga y Boneta, en sus Memorias políticas y económicas sobre frutos, fábricas y minas de España (1795), en el año 1777 había en Lumbrales 106 telares con 271 tornos en los que se tejían mantas, paño basto, sayal y jerga."Es esta en el día una de las fábricas mayores de la provincia". La villa, de "respetable vecindario", gozó de gran prestigio y admiración debido al florecimiento de la fábrica, que hizo de Lumbrales un lugar industrioso y poblado.

Hay que tener en cuenta que, el concepto actual fábrica no se corresponde con el del siglo XVIII, ya que, como sucedía en Lumbrales, el proceso de elaboración no se centralizaba en edificio alguno. Telares, tornos de hilar etc., tenían un ámbito familiar.

El progresivo desarrollo de la fábrica se manifiesta en el aumento de batanes situados en las orillas del río Camaces. De un solo batán en 1750, se pasa a tres en pocos años. Había 77 fabricantes que empleaban a 400 oficiales, sin incluir a las mujeres que hilaban el estambre a mano. Cada telar ocupaba a dos cardadores, un pasador de canillas, un tejedor y tres hilanderas.

La industria textil de Lumbrales consumía anualmente en sus telares 164.921 kilos de lana en sucio, sin incluir la que producían los ganados del pueblo. Se fabricaban anualmente 16.165 metros de sayal (tela de lana burda), 4.840 metros de paño de facha, 50.107 metros de jerga, 2.900 mantas, y 8.600 delantales de lana para mujeres.

Tenía la fábrica en el reino de Portugal el principal consumidor de sus productos. La venta de dinero en mano y la desaparición de derechos aduaneros, que solían pagar las manufacturas españolas que pasaban a otros reinos (privilegio concedido por el Soberano) como medida de protección a los fabricantes de Lumbrales, propició el florecimiento de la industria textil.

No obstante, el monopolio de ocho vecinos poderosos de Ledesma, que adelantando el dinero a los cosecheros para gastos de esquileo, acaparaban toda la producción lanar del entorno para revenderla después a los fabricantes de Lumbrales a "precios exorbitantes", unido a la mezcla fraudulenta de lanas con pelo de buey y de cabra y la falta de disciplina en el peso de las mantas, provocaron un decaimiento considerable de la fabrica y merma de la ganada reputación.

Para el restablecimiento de la fábrica, "personas instruidas" convienen solicitar al Rey Carlos III "mandarse la observancia" de 13 capítulos.