De cómo comunicar el mensaje de la Iglesia sin contaminaciones

Uno de los retos más urgentes de la Iglesia en la actualidad es ser cristiano y comunicar el cristianismo sin cristianismo ambiental.

Desde muy jovencito comencé a interesarme de una forma natural por aspectos que abarcan los medios de comunicación: creé un blog con reflexiones propias, escribía cartas al director del periódico local de mi provincia, mantenía activa ?al igual que muchos adolescentes- una cuenta en Tuenti, etc.

Al entrar en el Seminario decidí poner este interés al servicio de la comunidad por dos razones principales: la comunicación es un mundo que me apasiona y es un campo de trabajo muy apto para la juventud; yo mismo, meses antes, había intentado encontrar información en internet acerca del Seminario de mi diócesis, en medio del proceso de discernimiento vocacional.

Ahora que ya estoy finalizando los estudios de Teología, he decidido con el apoyo de mis formadores, ampliar los conocimientos en Comunicación Social, gracias a este postgrado que oferta la UPSA.

He de confesar que tanto el curso pasado como el presente están resultando muy atractivos. Este año hemos finalizado una semana y ya nos hemos ejercitado, como en días pasado señalaron mis compañeros Jesús y Abel, en seducir con la voz a través de la radio y la televisión, en cómo potenciar un sentido crítico frente a la manipulación, hemos visto también recursos para evangelizar a través de twitter, la comunicación emocional en la tarea pastoral, etc.

Centrándonos en las últimas clases ?las del viernes-, el grupo de alumnos del Experto en Comunicación Social partíamos a primera hora a la Escuela de Yoga de los Carmelitas, ubicada en la calle Zamora, donde el P. Santiago Guerra impartía una clase magistral sobre la «meditación y relajación hoy»; en ella apuntaba que la psicología se acerca en la actualidad a esos mundos interiores de dimensiones desconocidas para la generalidad, y comprueba que el hombre se unifica y desarrolla más a medida que la conciencia racional conecta más con las otras formas de conciencia y desde ellas es dirigida. Partiendo de esta realidad se puede explicar hoy como estas «nuevas» formas están gozando de tanta aceptación, puesto que se mueven en niveles de conciencia cada vez más interiores y proporcionan en quienes los practican un óptimo estado de relajación y bienestar.

Finalizábamos la mañana de la mano de Maria José Atienza quien con un toque de humor y profesionalidad lograba introducirnos en el amplio lenguaje que existe desde «el meme al cartel», para proseguir con ella durante el resto de la tarde poniendo en práctica las nociones teóricas antes impartidas.

Jorge Juan Fernández

Seminarista de León