Abuelos ¡un paso al frente!

Pues sí, ya están aquí las vacaciones de verano, los colegios terminaron hace algunos días y es ahora cuando se manifiesta en todo su esplendor eso que se conoce como "conciliación de la vida familiar y laboral" normalizada por la Ley 39/1999y que en su exposición de motivos dice: La necesidad de conciliación del trabajo y la familia ha sido ya planteada a nivel internacional y comunitario como una condición vinculada de forma inequívoca a la nueva realidad social. Ello plantea una compleja y difícil problemática que debe abordarse, no sólo con importantes reformas legislativas, como la presente, sino con la necesidad de promover adicionalmente servicios de atención a las personas, en un marco más amplio de política de familia.

Palabras, palabras y palabras. ¡Pues claro que vivimos una nueva realidad social! Desde hace décadas. Unos dicen que desde que las mujeres se incorporaron al mercado laboral impulsando la expansión de productos congelados y conservados, así como de comidas pre-elaboradas; otros que desde que un solo salario no daba para poder satisfacer las necesidades de una familia, incluso algunos opinan que es a causa de la desaparición de las familias extensa lo que dio paso a las nucleares, compuestas casi exclusivamente de padres e hijos. Bueno, en mi opinión los motivos son varios, pero de lo que no cabe duda es que esa nueva realidad está aquí y ha venido a quedarse.

Una de las nuevas necesidades es la atención a los más pequeños, al futuro sector productivo en etapa de formación que ya han terminado su curso escolar y disfruta de sus merecidas vacaciones pero ¿y si su padres no disponen de esas mismas vacaciones de dos meses? Entonces es cuando los abuelos deben dar un paso al frente y poner solución a ese vacío asistencial.

Yo, debo reconocerlo, soy un abuelo con suertes pues mis hijas han sido madres a edades fuera de la norma de los tiempos que corren, pero normales en mi generación, por eso mi edad me permite disfrutar ? sufrir ocasionalmente ? de mis nietos, pero hay otros que con mucha más edad se ven obligados a asumir tareas fatigosas por obligación más que por devoción, ya que los progenitores de sus nietos no son capaces de lograr, ni siquiera por ley, esa necesaria conciliación entre la vida familiar y la vida laboral. Y la cosa va a peor ya que las parejas tienen hijos a edades más avanzadas, el salto generacional se hace mayor y por tanto los abuelos deben ejercer su "oficio" con más años.

Mis palabras de hoy sólo quieren ser un reconocimiento a todos ellos, a todos nosotros, un recuerdo solidario para ese cada vez más importante sector de la sociedad que asume tareas que otros sectores no pueden atender o las que hacen oídos sordos porque ¡qué no llega a hacer uno por sus hijos! En muchas sociedades y culturas los ancianos has sido un referente, han sido escuchados y respetados, hoy son utilizados. Una pena.

Tal vez la mayoría no seamos esos abuelos ideales que muestran los cuentos, sólo seamos abuelos normales, personas corrientes que han trabajado duro y disfrutan de una ganada jubilación, pero como nos enseñaron nuestros mayores, seguiremos dando un paso al frente cuando la ocasión lo exija.

Como en su día dijo Stephen, licenciado, escritor, conferenciante, religioso y profesor estadounidense: Los abuelos que demuestran un gran interés por sus nietos se encuentran entre las personas más preciosas de la tierra. Pues sirvan estas palabras de pequeño reconocimiento interesado, por supuesto.