Bitácora de ausencias, la poesía valerosa de Montserrat Villar

Esta mujer luminosa siempre presta a la presentación, al encuentro, a la entrega y a la difusión jubilosa de la poesía, fue el día tres de junio protagonista en una Sala de la Palabra repleta de aquellos que, quisieron compartir con Montserrat Villar el privilegio de un libro magníficamente editado por Amargord Ediciones, un libro cuya hermosura externa guarda en su interior el eco doloroso dele recorrido por la cartografía de la infamia.

La dulce y acogedora voz de Pilar Fernández Labrador, patrona de la fundación Salamanca Ciudad de Saberes, definió a la perfección este libro de poemas: como la Verónica, Montserrat Villar se ha aproximado al horror y lo ha reflejado en un paño cuya impresión sangrienta es indeleble. Este libro nació de las ausencias, de la necesidad de supervivencia, afirmó la autora, quien visitó junto a su marido al campo de exterminio de Auschwitz constatando el eco del horror histórico que se tradujo en un viaje cuyo cuaderno de bitácora es este hermoso y valiente libro. A la pregunta de Agustín B. Sequeros, poeta y traductor, quien realizó un estudio exhaustivo de la poética de la autora, acerca de si es posible que una obra de arte contemple el horror más atroz y lo transmita provocando emoción estética, el público pudo comprobar a través de la lectura de diferentes poemas de la obra, que este recorrido por la más abyecta de las historias es, finalmente, un ejercicio de redención y de reconocimiento.

Poeta, profesora, traductora, divulgadora, colaboradora de SALAMANCArtv AL DÍA, Montserrat Villar es un ejemplo de entrega como autora y como presidenta de la Asociación Cultural Pentadrama. Nadie que la conozca puede olvidarla, blanco y plata, su imagen nos es familiar, no así su capacidad para recorrer la cartografía del desastre ya sea el de toda una humanidad avergonzada por los campos de exterminio o el de una mujer capaz de recorrer sus más íntimas desolaciones.

Este viaje que finaliza en un ser doliente que muestra abiertamente sus llagas no se hace en soledad, a Montserrat Villar le acompaña el eco de su poeta preferido, Leopoldo María Panero, así como los dibujos desolados, desnudos, del artista español radicado en Cracovia, Ángel Perdomo. Pocas veces un libro de poemas encuentra tal comunión profana entre la imagen, la palabra, el prólogo acercado y certero de la también poeta María Ángeles Pérez López, un editor en estado de gracia y un orfebre de la palabra capaz de analizar la obra de la autora, Agustín B. Sequeros. Como no podía ser de otra manera, aquellos que queremos tanto a Montse disfrutamos de sus versos entrecortados, del relato pictórico de Perdomo, de la travesía por el desierto del horror, un viaje que finaliza con el deseo de entregarse al disfrute del presente, ese presente que no puede olvidar el espanto del pasado así como no debe temer el futuro. Dueña de una imaginería personal que refleja con dolorosa certeza el paseo por el campo de concentración ?lugar en el que recogió una piedra negra que ahora, engarzada en plata ocupa uno de sus dedos- Montserrat Villar ha tenido la valentía de entregarnos un libro valiente, un libro incómodo, un libro donde la infamia trasciende de lo histórico y lo personal para hacerse experiencia compartida, dolida y, finalmente, superada por el deseo de amar, entregarse y vivir. En esa entrega reconocemos a la Montserrat que disfrutamos y amamos, esa mujer valiente y decidida que ha sido espantosamente honesta con todas las heridas y las ha convertido en belleza.

Charo Alonso

Fotografías: Fernando Sánchez Gómez