¡Oído, cocina!

En el gremio de la hostelería es frecuente escuchar a los camareros, a voces, pedir a la cocina los platos solicitados por los clientes, en vez de llevar en mano la consabida "comanda", y cómo los que en ella se encuentran, confiesan que se han enterado gritando ¡oído, cocina!

Las recientes elecciones andaluzas también se parecen a un gran restaurante lleno de personas que acuden a solucionar el problema de su apetito. Una vez acabado el recuento de votos, da la sensación de que los partidos políticos no han asimilado la comanda de los votantes, a juzgar por la cantidad de comensales descontentos; tal vez porque hayan querido darles gato por liebre. Ya es tradición que los encargados de dar la cara tras unas elecciones recurran a mil artificios para disfrazar la simple realidad. Creo que en este caso hay muchos partidos que "se lo tienen que hacer mirar".

Es cierto que, en contra de lo que podría esperarse de cualquier nación con una democracia arraigada en la verdad, la seriedad y lo que siempre se ha llamado "vergüenza torera", en Andalucía ha ganado el voto útil y cautivo. No estoy diciendo que quienes hayan votado al PSOE estén contraviniendo alguna norma legal; ni mucho menos. Son ciudadanos libres en un país democrático y, por tanto, son los primeros destinatarios de las ventajas o inconvenientes de haber optado por esas siglas. Pero, a partir de ahora, hay que comenzar a gobernar; y gobernar bien en Andalucía significa reducir los inaguantables niveles de desempleo, conseguir que la autonomía deje de ser la región de España donde existe mayor abandono escolar, y aunque en el tema de la corrupción podíamos decir aquello de la Biblia "quien esté libre de pecado?", también Andalucía lidera la clasificación ?por valor de lo "evaporado" y por número de personas imputadas -. Siempre he pensado que para ser un buen político no es imprescindible haber pasado por la universidad ni ser "hijo de papá" pero, a juzgar por la cantidad de dirigentes implicados en los procesos seguidos por cohecho, malversación, apropiación indebida, falsificación de documentos, etc., da la sensación de que en el PSOE andaluz no se ha acertado mucho con los dirigentes. O tal vez sí, porque los de "arriba" no se han enterado de nada y los de "abajo" se han enterado de todo. Si el partido en el poder lo está desde hace treinta años con los resultados que están a la vista, y no ve disminuida la clientela, ahora se explica la noticia aparecida en un medio de comunicación, según la cual se ordenaba a algunos cargos intermedios de la Junta abandonar sus obligaciones laborales para dedicarse en exclusiva a hacer campaña electoral? "si queréis seguir en vuestro puesto". Es la política de "ni un paso atrás, aunque caigan chuzos de punta". Es decir, en el PSOE sí se ha gritado con fuerza aquello de "por la cuenta que nos tiene, ¡oído, cocina!"

Y vamos con el PP. Aquí, por el contrario, apenas se ha tenido en cuenta la opinión de los votantes. No vale la disculpa de que las elecciones de Andalucía no se pueden extrapolar a las municipales ni a las generales. De momento, allí han perdido medio millón de votos, que es demasiado perder. O mucho cambian las cosas o no se aprecia que los que han dado la espalda estén dispuestos a rectificar. Entre los votantes del PP es especie muy extendida: "no han sabido vender la burra". A pesar del mérito de evitar el descalabro económico de España hasta convertirla en una nación admirada y respetada, el ciudadano de a pie no ha experimentado una clara mejoría en su persistente estrechez. Tal vez han faltado varias cosas: un cumplimiento más fiel del propio programa, mostrar alguna "alegría" impositiva y explicar a la gente de forma más convincente que es verdad que se ha avanzado, y no poco, que hay naciones a quienes les ha costado más que a nosotros, y que hay otras que no consiguen levantar cabeza - ni con experimentos importados por descamisados marxistas amantes del sibaritismo.

Cuando he leído que el líder de Podemos ha felicitado a un ciudadano español, al cumplir 95 años, con este mensaje: "Hoy cumple 95 años Marcos Ana, ejemplo de dignidad y compromiso, de lo mejor de nuestro país y nuestra historia", sólo quiero añadir que, si para la izquierda puede constituir un mérito haber estado en la cárcel después de la guerra civil, conviene añadir que esta ciudadano estuvo condenado porque, con 16 años, asesinó a un sacerdote, a un cartero por ser de Acción Popular y a un labrador por ir a misa. Tampoco les ha faltado tiempo para cargar las 150 muertes del accidente de los Alpes en el debe del "capitalismo salvaje", antes de saber cuál ha sido la verdadera causa. Podemos se ha quedado bastante corto en sus aspiraciones pero, si algún día tocan poder, después de estos ramalazos, que nadie se extrañe de ver un nuevo Frente Popular.

De los otros dos partidos no nacionalistas que han alcanzado representación parlamentaria, IU tampoco ha sabido conectar con sus votantes, que han sucumbido a los encantos de Podemos; y Ciudadanos surge con ilusión pero sin acabar de mostrar todas sus cartas.

Así pues, señores políticos, para próximas campañas, menos suspense, más honradez y escuchar atentamente al pueblo.