Las perdices de Ventas de Retamosa

Los pasados 6, 7 y 8 de marzo el Club Español del Braco Alemán (CEBA) y el Club Español del Deutsch Drahthaar (CEDD) me invitaron a juzgar sus pruebas de primavera posteriores a la Semana de Andalucía, y que se celebraron en la localidad toledana de Villamiel. Tres días de pruebas de los cuales solo pude asistir dos.

La localidad de Villamiel es ya un clásico para las pruebas de primavera, tanto de Británicos como de Continentales. Sobradamente conocidos por mí, me resultaba apetecible juzgar en los terrenos de Villamiel donde otras veces he tenido que correr tras los británicos. Llegado el momento, el sábado por la mañana la batería que yo juzgaba tenía que viajar a la localidad de Ventas de Retamosa, según el programa del día.

Una vez recorridos una veintena de kilómetros, llegamos a la citada localidad donde nos recogió el guarda para encaminarnos a los campos en los que se realizaría el concurso. Siendo la primera vez que visitaba esta localidad, mientras viajábamos por la carretera iba creyendo que me encontraría unos terrenos muy llanos y con grandes extensiones de trigo. Nada más lejos de la realidad, no hay grandes llanos y los trigos no son extensos ni abundantes. Se alternan los viñedos (denominación de origen Méntrida), los terrenos sin cultivar ('perdidos'), barbechos y algún trozo de rastrojo. Terrenos, en consecuencia, poco óptimos para las pruebas de primavera.

Este coto, gestionado por la firma comercial El Corte Inglés, es explotado para la caza de la perdiz y la liebre, ambas en la modalidad de ojeo. Según me contaron, en esta campaña recién finalizada se cazaron 2.000 liebres (sí, sí dos mil) que no debieron suponer gran pérdida de ejemplares, pues se pueden ver por todo el campo innumerables grupos de estos mamíferos lagomorfos cortejándose como corresponde, ya, a sus hábitos amorosos de primavera.

Por su parte, las perdices abundan en tal dimensión que constituyen lo que los cazadores llamamos 'un gallinero', tal es así que antes de partir hacia los campos desde el punto de concentración en Villamiel, el presidente del CEDD me advirtió de esta circunstancia para ser algo permisivo con los perros y su trabajo, pues con tal abundancia de patirrojas es casi imposible que los perros no se eliminen, bien por atropellos o por dejar caza atrás, pues resulta imposible 'poner' todas las parejas existentes, y en estas circunstancias los jueces debemos ser indulgentes.

En tales circunstancias se hace ideal este coto para acudir a él con perros jóvenes que necesitan 'tropezarse' con las perdices para hacer sus primeras muestras y habituarse a su olor y comportamiento. Esta acción de encontrar caza se puede repetir mil veces a lo largo de una jornada, siendo el precio a pagar por tal festín entre 100 y 150 euros al día, según me dijeron. No es un coste excesivo para criadores que disponen de varios ejemplares jóvenes para iniciar y testar en presencia de las perdices.

Volviendo al desarrollo del concurso, tanto el sábado como el domingo, que también volví al mismo terreno aunque con distinta batería de perros, las perdices estuvieron bien regadas por el campo y no hubo excesivos problemas para los perros participantes.

El sábado ganó la prueba con 1º Exc CACT. Alenergi Hawái, un bretón de Manolo Blanco que realmente fue el único perro del día que supo interpretar correctamente la nota de las pruebas de primavera, estando a lo grande en todo momento en un trigo difícil por tener una altura casi excesiva, terminando con un gran punto en el centro del terreno con excelente expresión de raza. Alenergi se adjudicó el CACIT en el barrage del día siguiente por la mañana, lo que me satisfizo especialmente, pues creo que todos los jueces queremos que tal mención la gane el perro al que el día anterior le otorgamos el CACT, única mención que da derecho a disputar el CACIT.

El domingo, la prueba la ganó el bretón de Emiliano Rodriguez, Dino de Monte Orosso con 1º Exc. No obtuvo el CACT porque metió, en un lazo a la derecha, el giro hacia adentro apareciendo a nuestras espaldas antes de volver a situarse en su terreno, pero es un bretón bravísimo que en el resto de su turno estuvo impecable, finalizando con un punto de extraordinario mérito por su toma de punto y su expresión en la muestra, así como su resolución.

Otro perro que me gustó especialmente fue Crak, un bretón joven del vallisoletano Santi Fernández, que fue 3º Exc y no obtuvo mejor calificación porque se dejó una pareja de perdices en el terreno del minuto, pero luego dio un recital de bravura y buen hacer en el terreno.

Terminó así un fin de semana de concursos descubriendo unos nuevos terrenos llenos de perdices, más óptimos para la Caza Practica que para las pruebas de primavera, pero que nos hacen seguir disfrutando de cada visita a la tierra de Don Quijote. No en vano, la perdiz se reafirma, cada vez más, como la alegría del campo.