Los sueños, sueños son

Se acabó el sueño. Perfumerías Avenida cayó en Praga (72-43) para poner un punto y final amargo a la dulce trayectoria en Europa esta temporada. Lo cierto es que el equipo no ha dado la talla en ninguno de los dos partidos de cuartos; ni rastro del Avenida feliz y vibrante que pasó por encima de Fenerbahce, Nadezhda o Bourges, y que nos hizo soñar con algo grande a nivel continental.

La derrota del primer partido y la lesión de Shay Murphy, capitana del barco, terminaron convirtiéndose en obstáculos insalvables. Llegar a la Final Four dejó de ser un premio para convertirse en obsesión, y la ansiedad castigó al conjunto hasta convertirlo en irreconocible. Podríamos hablar de la diferencia de presupuestos o del descanso con el que las checas llegaron a este cruce, pero lo cierto es que la autocrítica se presenta como la conclusión más cercana a la lógica.

USK Praga, inmisericorde, no se ablandó con las camisetas de apoyo a Murphy en los prolegómenos. Las checas, que olieron sangre en Würzburg, salieron a rematar la faena en su territorio a través del mismo plan que prepararon para Salamanca, incluyendo la variante de un ataque mucho más fluído y certero.

Alberto Miranda introdujo a Tamara Abalde en el '3' para tratar de equilibrar la batalla física. Un nuevo guion con un final conocido: depender del acierto de Robinson. Avenida se aferró a la americana para no ahogarse antes de salir del puerto. Al final del primer cuarto, Praga doblaba a Salamanca en el marcador (20-10).

La defensa local volvió a torturar a Perfumerías, que sólo fue capaz de llegar al aro mediante aventuras individuales de Robinson y Ferrari. Mientras, las de amarillo martilleaban a través de Kia Vaughn, Danielle Robinson y una estelar Sonja Petrovic. Fue un partido coral de las checas, muy superiores a lo largo y ancho de la pista.

En los minutos previos al descanso, Avenida mejoró en defensa y picó a la puerta del partido con dos triples de Paola Ferrari. Entonces volvió a aparecer Petrovic, que terminó con 16 puntos y 5 rebotes, para volver a ensanchar el luminoso; +11 Praga al descanso.

El tercer cuarto fue parejo. Praga trató de guardar la ropa mientras Avenida continuaba enfrascado en busca de una identidad que no se llevó en el equipaje. Con el partido ya sentenciado (49-35) a falta del último cuarto, los últimos diez minutos sólo sirvieron para abrir más la herida psicológica de las charras, que encaraban esta eliminatoria con la sonrisa de una novia vestida de blanco y salen de ella compuestas y sin Murphy.

Al final, 72-43 y adiós a la quimera europea. Las expectativas tras el gran inicio de campaña y los dos títulos conseguidos hasta la fecha hacían presagiar una eliminatoria que, al menos, se decidiera en tres partidos. Nada de eso. Praga se une a Ekaterimburgo en una Final Four inalcanzable ya para Salamanca. Los sueños, sueños son.