Y tú más

La niña bonita siempre ha argumentado de tal modo y manera que parece que la eduqué en una guardería de jesuitas. Claro que lo que de pequeña era divertido y de una precocidad loable, ahora que tiene once añazos, es irritante y me hace adjurar del Papa Francisco y hasta de San Ignacio de Loyola. La argumentación jesuítica de la nena siempre es del tipo echar balones fuera y tú más, mamá, que de eso no sabes. Lo dicho, que me pone de los nervios que considere que cada cosa que hace mal es culpa de los otros. Yo lo llamo el síndrome griego, una cierta paranoia también muy cubana y venezolana en la que se culpa de todos los males no a una pésima gestión, sino a la conjura judeo-masónica, norteamericano-Rajoyística o lo que pille uno. Esto de no proponer, sino criticar al contrario también es una constante preelectoral de efectos agotadores, el pimpampum que nos espera este añito va a aburrir hasta a los menos avezados políticamente hablando, porque los cabezas de cartel recurrirán al escarnio del otro en vez de ahondar en la propuesta creativa. Claro que como dichas propuestas no se llevarán a cabo una vez llegados al poder, tampoco perdemos mucho, pero sí, urge un decálogo de buenas maneras y menos mal que Gabilondo nos animará el cotarro de forma educada y sosegada, que para algo se dedica a la metafísica y no a la lógica aristotélica y jesuítica propia de mi niña bonita. Dirán ustedes que he criado a un engendro satánico, pero les aseguro que también tiene sus ratos de jeta no retorcida. Yo digo que es la preadolescencia, que es como el dolor de cabeza, sirve para un roto y para un descosido? pero claro, antes era una niña y no colaba? y eso de recurrir a la herencia genética pues no, por lo que pueda suceder. En resumidas cuentas, que mi hija está en plan y tú más, y de eso no tengo la culpa yo? vamos, que va para política pero fijo, lo que no deja de ser un alivio porque una carrera de ciencias es más cara. Uno tiene que pensar en todo, como Putin, que cada vez que tiene un adversario se lo carga y luego dice que va a investigarlo. Yo después de lo del plutonio y lo de Anna Polistoskaya como que me da miedo el tío este del oso y el kalasnikov. No tiene medida este hijeputa, lo mismo te monta una guerra en Ucrania cuando ya se ha merendado la península de Crimea, que hace una limpia y no se encomienda a nadie. A este la maldad le viene de serie, como la tontería a Maduro, quien parece ya de una ridiculez rayana en la paranoia. Es lo que tiene llegar al poder desde la ignorancia, o te dedicas a comprar perlas al peso o a creerte el salvador de la patria. Eso de que los países tienen el gobierno que se merece es una falacia, porque confío en que cierta cordura sea mayoritaria cuando las cosas se ponen de color hormiga como decimos en México. Un México al que le importa un pimiento que sigan apareciendo cadáveres como cantos rodados en la parcela de mi señor padre. Y es que yo debería dedicarme a educar a la jesuita de mi hija y dejar de leer los periódicos, porque de todo esto la culpa la tiene el efecto invernadero, afirmo.