Nuevos factores de riesgo

Actualmente ningún profesional sanitario ni persona sensata duda de que el estilo de vida es el máximo determinante del binomio Salud-Enfermedad. Por estilo de vida se entienden los hábitos y comportamientos que se realizan habitualmente y que constituyen la forma de vivir y de enfrentarse a los requerimientos y retos de la Vida y que a su vez condicionan y/o determinan la Salud o la Enfermedad. Si los comportamientos son saludables se tienen más probabilidades de tener buena Salud y si los hábitos son nocivos se tienen más probabilidades de enfermar.

Los nuevos comportamientos que se están incorporando de manera generalizada al estilo de vida actual en todos los grupos sociales y en la mayor parte de los grupos de edad son los que tienen que ver con las nuevas Tecnologías de la Comunicación e Información, las denominadas con el acrónimo TICs. Las más frecuentemente utilizadas son los móviles e internet; pero también las redes sociales, los blogs y otros. Hoy es frecuente observar como los integrantes de una mesa no se comunican entre ellos y si están utilizando su móvil para comunicar y relacionarse con otras personas que no están presentes a través del whatsApp. Esto antes sería considerado una falta de consideración y respeto, hoy da igual.

Las TICs constituyen unas excelentes herramientas de trabajo y comunicación; pero valen para lo que valen y, su uso indiscriminado y sin control y límites pueden, como todo lo que se usa en exceso, crear problemas de adicción y/o dependencia. Esta moda tecnológica y de modernidad de estar a la última en los avances tecnológicos constituye hoy una epidemia virtual y un gran negocio. El abuso de esta forma de comunicación en todos los ámbitos sociales y en la Educación puede suponer a medio y largo plazo una barrera para la comunicación verbal y conllevará efectos perjudiciales en los grupos más jóvenes y en los profesionales que necesitan entrenar las habilidades de comunicación oral y escrita dado que la primera no la utilizan y la segunda la realizan con metalenguaje y/o a través de telegramas.

Las TICs deben servir para mejorar nuestras vidas y no hacer de ellas un nuevo factor de riesgo con un uso compulsivo dejandolo todo aparcado por estar jugando, visionando videos y otras composiciones intrascendentes que suponen una alteración de la normalidad. Además, este cambio de estilo de vida tiene para los jóvenes una mayor trascendencia por ser éstos más vulnerables a las modas y a todo lo accesorio frente a lo fundamental, como por ejemplo hacer ejercicio y deporte tanto físico como mental en compañía de sus iguales, ya sea con amigos y/o con compañeros. Su frecuencia como problemática social emergente supone hoy la punta del iceberg de problemas asociados al uso y abuso de las TICs como son la dependencia y la adicción.

Por este motivo, se deben realizar intervenciones educativas y de sensibilización mediante estrategias preventivas poblacionales, a todos, y oportunistas, a los más expuestos y vulnerables como los niños y los jóvenes, antes de que se conviertan en trastornos patológicos medicalizados como ha pasado con los trastornos de hiperactividad, que siendo un problema de Educación se ha convertidos en un problema médico más. Para evitarlo hay que promocionar hábitos adecuados y poner límites racionales al uso inadecuado y al abuso de las TICs en las etapas de la vida más transcendentes para la supervivencia saludable como son la infancia y la adolescencia.

No es admisible que olvidarse el móvil en casa o que se agote la batería en un momento inadecuado se convierta en una tragedia griega. Esto pone de manifiesto, la excesiva trascendencia que se da a una herramienta tecnológica accesoria cuando la principal está en nuestra cabeza, en la corteza cerebral.

JAMCA