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Editan por primera vez las obras completas de la albense Mariana de San José
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NOVEDAD EDITORIAL

Editan por primera vez las obras completas de la albense Mariana de San José

Actualizado 29/01/2015
Roberto Jiménez

Nació en Alba de Tormes en 1568 y es la fundadora de las Agustinas Recoletas

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Acaba de ver la luz la edición de las Obras completas de Mariana de San José (1568-1638), fundadora de las agustinas recoletas. Su editor y autor de la amplia introducción es el recoleto Jesús Diez Rastrilla. Esta novedad editorial supone todo un hito en la historia de la literatura y la espiritualidad y un logro enorme de la Federación de Agustinas Recoletas de España.

Es éste un libro que se venía haciendo esperar desde hacía mucho tiempo. Y no años o decenios, sino siglos: desde que, en 1645, el licenciado Luis Muños diera a la prensa una primera recopilación de quien en vida fue conocida como "la Priora de la Encarnación". Entonces quedó bien claro que aquella monja que había cautivado a dos reyes, Felipe III y Felipe IV, no sólo acumulaba méritos como fundadora de las agustinas recoletas, sino también como escritora mística. Y se comprendió que en su experiencia espiritual y su santidad estaba la clave que explicaba todo lo demás.

El caso es que, en los últimos 40 años, los escritos y la figura de este personaje del siglo XVII, habían vuelto a centrar la atención de los investigadores. Y se llevaba decenios intentando fijar y explicar el texto de sus escritos espirituales y su abundante correspondencia. Pero hasta hoy no se había conseguido publicar unas Obras completas de la madre Mariana de San José (1568-1638).

El autor, la editorial y la obra

Quien a ello se venía aplicando con toda intensidad era Jesús Diez Rastrilla, agustino recoleto profesor de teología durante 40 años y estudioso de los escritos y obra de la Madre desde hace al menos 30. Con el respaldo de la Federación de Agustinas Recoletas de España, en todo este tiempo ha visitado más de cuarenta archivos en busca de documentos relacionados con su vida y con las primeras fundaciones de monjas recoletas. Participó con diversas comisiones en el proceso de beatificación y canonización de la Madre (Madrid 1996) y en la elaboración para el mismo fin de la Positio aprobada por la Congregación para las Causas de los Santos (Roma 2007).

Con este grueso volumen de 1.724 páginas, Diez corona su obra, haciendo una aportación sobresaliente tanto a la historia como a la literatura y la espiritualidad en lengua española. Una aportación que lo es de las agustinas recoletas de España, que presentan el volumen, y que sin duda alcanzará gran difusión, al haberse editado en la Biblioteca de Autores Cristianos (Serie Maior 115), editorial benemérita, considerada "de interés nacional" por el Gobierno español, que la ha condecorado con la Orden Civil de Alfonso X el Sabio.

En el Año de la Vida Consagrada y en el Centenario Teresiano

Resulta, además, especialmente oportuna esta publicación, por ver la luz en el Año de la Vida Consagrada y en el Año Teresiano que se celebra con motivo del Vº Centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús.

La madre Mariana de San José es la fundadora de una nueva forma de vida, la de la Recolección agustiniana femenina. De una u otra manera, llegó a cimentar en España una treintena de monasterios que se han mantenido a lo largo de los siglos. Las 45 comunidades de agustinas recoletas hoy día existentes, con sus más de 400 monjas, la reconocen como madre y modelo. Estas Obras completas son para ellas el regalo navideño que siempre han soñado.

Por otro lado, encaja a la perfección en el Año Teresiano por tratarse de una de las más ilustres continuadoras del espíritu de la Santa de Ávila. Puede decirse que la estrella de Teresa se prolonga en Mariana. Esta última nace en Alba de Tormes (Salamanca) catorce años antes de que allí muera santa Teresa, de la que su madre era muy devota. Mariana misma recuerda en su Vida cómo, siendo niña, llegó a conocer a la Santa, y cómo la madre Teresa la bendijo. Aquella bendición fue para Mariana como el espaldarazo que marcará para siempre su vida de imitadora de la gran Reformadora. La edición de estas Obras completas no será el menor de los homenajes que santa Teresa reciba en este Vº Centenario.

Natural de Alba de Tormes, Teresa de Jesús predijo su futuro de religiosa

La Madre Mariana de san José (Manzanedo), fundadora de las agustinas recoletas, es natural de Alba de Alba de Tormes, de niña fue presentada a santa Teresa, la cual predijo su futuro de religiosa. Su causa de beatificación está muy avanzada y su cuerpo incorrupto se conserva en el monasterio de la Encarnación de Madrid, junto al teatro Real. Ni que decir tiene que sus escritos espirituales están muy influenciados por la obra mística de santa Teresa, fiel reflejo del influjo teresiano. En Alba de Tormes este personaje tiene su propia calle.

Mariana Manzanedo y Maldonado nació en Alba de Tormes el 5 de agosto de 1568. Fue la menor de cinco hermanos, tres mujeres y dos varones; su padre, Juan Manzanedo y Herrera, sirvió durante muchos años al gran duque de Alba; su madre, María Maldonado y Camargo, era natural de Coria, y, al parecer, fue una mujer de reconocida virtud a la que educaron las clarisas de su ciudad natal. Según se narra en la autobiografía, su madre mantuvo estrecha amistad con Santa Teresa durante el tiempo que permaneció en Alba de Tormes.

Este detalle nos indica que una de las características de la literatura hagiográfica femenina entre la segunda mitad del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII, va a ser la adopción de Teresa de Jesús como el prototipo de la monja reformadora, de la mujer mística y de la escritora, de manera que la mayoría de las monjas que surgen en el panorama castellano de esta época tratan no solo de ser fieles imitadoras y lectoras de la santa de Avila sino que además describen un encuentro con ella, casi siempre inexistente, con el fin de poner de manifiesto el origen de su vocación religiosa.

Mariana de San José cuenta dos intervenciones de Teresa de Jesús en su vida: la que hace referencia a la amistad entre la santa y su madre, y otra que describe un encuentro personal con ella. Su madre murió de sobreparto a los pocos días de nacer ella, concretamente el día de la Asunción del año 1568. Si tenemos en cuenta que la fundación carmelitana de Alba de Tormes no tuvo lugar hasta el 24 de enero de 1571, ambas mujeres no pudieron conocerse. La descripción del encuentro entre María Maldonado y Teresa de Jesús desea acentuar que la santa fue la mentora de Mariana, antes, incluso, de su nacimiento.

Una vez viudo, su padre decidió ser sacerdote, pero previamente dejó colocadas a sus hijas mayores en diferentes conventos (dos se instalaron en el convento de clarisas, de Coria donde se había criado la madre, y la tercera fue enviada al convento de agustinas de Santa Cruz, de Ciudad Rodrigo, porque en él estaban de profesas dos hermanas de Juan Manzanedo); solo los dos hermanos pequeños se quedaron viviendo con él. La vida de Mariana transcurrió en estos años de acuerdo con los parámetros de una familia castellana no perteneciente a la alta nobleza, pero sí situada en los círculos de influencia de una de las familias más poderosas del momento: los Alba. Su padre, viudo, tomó las órdenes típico ejemplo de militar y religioso; sus hermanos fueron destinados a matrimonios ventajosos; y sus hermanas, como después ella, como muchas mujeres de su estamento social, fueron situadas de niñas en un convento, no con el objetivo inmediato de profesar, sino de vivir. En esta época sitúa Mariana, y así lo cuenta, su encuentro con Santa Teresa; sin embargo, ateniéndonos a las fechas de la vida de la santa, difícilmente pudo producirse.

La fundación del convento de carmelitas descalzas de Segovia se produjo en 1574, momento en el que Mariana tenía seis años y ya no vivía en Alba; además, Teresa de Jesús llegó a Segovia procedente del convento de la Encarnación de Avila, de donde había salido el día 18 de marzo del citado año, y no pudo, por tanto, pasar por Alba. Mariana trató de establecer una relación directa entre su vocación religiosa, desde muy temprana edad, y el supuesto encuentro con la santa. Otra de las constantes que se observan en la autobiografía de Mariana de San José es la permanente mención a la lectura de las obras de Santa Teresa por considerarlas punto de referencia en su vida espiritual. Es posible que los escritos de la carmelita fueran conocidos muy pronto por la agustina (de la misma forma que circularon abundantemente por los conventos del momento), porque casi desde el comienzo de su vida conventual en Santa Cruz se muestra muy interesada en ellos.

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