¡Tengo un empleo!

Afirma el gobierno que en el año 2014 se ha creado empleo, y que en el año 2015 se va a crear aun más, lo que hace que muchas personas puedan ya estar satisfechas y ver la vida con optimismo. Es más, frente a las críticas que señalan que el empleo que se está creando es fundamentalmente precario y con pocos derechos laborales, se insiste por parte de la ministra de empleo en que el empleo que se crea es un empleo de calidad.

Si así lo dicen así será, dado que nuestros políticos no mienten jamás deberemos admitir que se están ofertando puestos de trabajo de calidad. Lo que ocurre es que no he visto todavía ninguno, y tampoco conozco a nadie que lo haya conseguido, por lo que solo puedo hablar de lo que conozco.

Una buena amiga mía, universitaria que lleva largo tiempo buscando un trabajo (¡lo que sea!) ha tenido la suerte de que le oferten uno. Estas son las condiciones: debe estar disponible en todo momento, desde las 8 de la mañana a las 11 de la noche, de lunes a domingo; si en cualquier momento es llamada por la empresa deberá acudir de forma inmediata; en el caso de ser llamada percibirá 7,50 euros por cada hora de trabajo, menos los descuentos correspondientes, y cotizará por el tiempo efectivamente trabajado y por la cantidad cobrada; si no es llamada no cobrará nada, tampoco percibirá ninguna compensación por haber estado disponible durante todo el día, y por supuesto no generará cotizaciones a la Seguridad Social; la cantidad cobrada por cada hora de trabajo incluye la parte proporcional de pagas extraordinarias, festivos, domingos y vacaciones, por lo que por supuesto no tendrá derecho a ninguna de estas "prebendas"; tampoco se le indica ni siquiera de forma aproximada las posibilidades reales de ser llamada o no, eso dependerá "del mercado" (palabras textuales). Además ha sido felicitada por haber superado la selección previa.

Les doy mi palabra de que todo lo dicho es real, no es ninguna broma. Y como es cierto no tengo ningún inconveniente en señalar el nombre de los explotadores: la empresa de trabajo temporal Adecco y la plataforma telefónica Qualytel Teleservices.

Me quedo sin adjetivos para describir la repugnancia que me merecen estos sujetos, y la que me produce el sistema que permite la explotación más brutal y más descarnada, que se aprovecha de la necesidad para conseguir unas condiciones laborales totalmente indignas.

Esta situación, que en términos de los modernos neoliberales es conocida como "contrato de 0 horas" (¡hay que ser cínicos!), no es ni siquiera comparable con la que sufrieron durante mucho tiempo los jornaleros que cada mañana se juntaban en la plaza mayor para esperar al capataz del señorito con la esperanza de ser llamados para trabajar es día; al menos el trabajo era para toda la jornada, y si no te cogían podías hacer otras cosas, e incluso trabajar en otra finca. Aquí ni siquiera eso es posible, pueden llamarte para una hora, para dos, para un rato, y pueden hacerlo en cualquier momento del día, por lo que no puedes ni siquiera plantearte la posibilidad de trabajar en otra actividad; lo único que puedes hacer es aferrar el teléfono móvil y esperar a que te llamen, tienes que llevarlo contigo en cada momento, como si lo tuvieras implantado: comer con el móvil, dormir con el móvil, estar con los amigos con el móvil, ir la cine con el móvil, ir al baño con el móvil. Menuda paradoja, que lo que nos vendieron para ser más libres sea el dogal por el que nos tienen cogidos: esclavos sí, pero modernos.

Quiero creer a la ministra, quiero pensar que esto es una excepción, y que no obedece a la regla general. Porque si la salida de la crisis consiste en crear puestos de trabajo de tanta calidad se la pueden meter donde les quepa.