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¿Un país en las nubes?
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Mínimo homenaje al oficio del contar...

¿Un país en las nubes?

Actualizado 28/01/2015
Ángel de Arriba Sánchez

A veces pienso que nos han cambiado el país.

Hay días en los que al conocer la actualidad política creo que nuestra querida España se llama ahora "Nubalia", lugar donde abunda éste estar cada uno en su nube que se ha puesto tan de moda.

Hace dos semanas, en mi página de Facebook, puse una foto de Tania Sánchez Melero, mujer en alzas políticas por la parte izquierda, declarando su ignorancia de los días en que era concejala de Festejos, Cultura y demás? en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid. A la imagen la acompañé del texto siguiente:

El "Efecto infanta" está haciendo estragos por los bancos de interrogación...Así llamo a su "No sé, yo no me enteraba de nada, tenía que haber puesto más cuidado...". Pero Tania, ¿cómo no ibas a saber si tu hermano estaba de cherifonte el la cooperativa de marras...?

Ya te digo, la otra: la infanta de naranja, y esta rubiatez de los madriles: la infanta de limón. Qué bien me caías, Tania, por tu indudable valer político y por tus logros sociales...

La nota ha sido seguida, y ha tenido variopintos comentarios. La mayoría manifiestan, como yo mismo, que bueno, que alguien que participa de la adjudicación de 29 contratos entre los años 2002 y 2008 por un importe de 1,3 millones de pesetas, tal vez no deba saber mucho de los intestinos de la empresa beneficiaria, pero que si la empresa, en la que tú misma recibiste cursos juveniles, que además tiene el domicilio social en la casa de tus padres, y que el administrador único es tu hermano: ¡Pues hombre, mujer?!

Hay otras opiniones que la condenan a priori: ¡Hala, por vía visceral! Algún cibernauta acude en su defensa y saca la socorrida pancarta de la conspiración, del acoso y derribo contra la pobre candidata por Izquierda Unida a presidir la Comunidad de Madrid.

Hay mujeres, en referencia cruzada a doña Cristina de Borbón que en sus declaraciones se anduvo también por esas nubes, que dejan su lamento porque estos hechos puedan ir en detrimento de los logros de las mujeres, y que regresemos a los medievales tiempos en que cuando excelsas damas como Teresa de Ahumada (Santa Teresa de Jesús), decían sus glorias, los varones replicaban que era cosa de "Ciencia infusa", pues aquellos alcances de la inteligencia no podían ser cosa de féminas.

Una de estas respuestas, de un compañero virtual, me decía que yo prejuzgaba con mi opinión, y que se me veía el plumero... Todo de buen tono, entiéndase, y manifestaba un sano ejercicio de controversia de mis palabras. Y esto me gusta, pues creo que es lo mejor que puede haber: que alguien te convoque a revisar tus ideas, y que con las suyas te teste, te haga un vareo de convicciones para ver qué frutos de razón aguantan en tus ramas.

Yo agradecí su respuesta, medité sus razones, y me pregunté si acaso no tendría razón y me había excedido en el ejercicio de mi libertad de expresión de un tema que, después de todo, me llegó de oídas mediáticas.

Ocurre que procuro leer varios periódicos, y ver, y escuchar los más noticiarios posibles, para ver cómo nos va la feria patria según quién lo la cuenta. Reviso la misma noticia en unos y en otros, y qué cosa no será eso de la delgada o gruesa línea de cada medio, que a veces a la misma cosa la hacen parecer primas lejanas según el rotativo en donde los la entretengan.

También - he de confesar- miro a la lozana de turno de la contraportada del diario deportivo "As" mientras espero que el camarero me de las vueltas.

Por lo demás, todos tenemos plumero que asomar, claro, pero me gusta pensar que es el mío propio, el conseguido por el sopeso de ideas contrapuestas y pasadas por el tamiz de mi propia reflexión. Y para ello busco quedarme en soledad por los patios, las corralas virtuales o de virtud, y los decideros de todo tipo, y procuro la bendita libertad para así observar con distancia. Aunque sé que esto bien puede ser un auto engaño?

Pero cuando subí lo referido a la red social, yo no conocía, (lo juro), el artículo que el pasado martes, 20 de enero, publicaba el diario ABC, y el que incluía la reproducción del tuit del 1 de abril del 2012 en el que Tania Sánchez escribía : "Cómo puede la Infanta no saber nada de los negocios de su marido. O de cuánto nos cuesta la monarquía". Y ponía un enlace a un artículo (creo que hoy censurado) de Lucía Etxevarría titulado " La infanta es tonta y analfabeta"...

En el artículo citado (de los autores L.L. Caro / J. F-Miranda), se comentaba que Tania había alabado la dimisión de Willy Meyer, eurodiputado de su mismo partido, cuando trascendió que se beneficiaba de unos fondos de pensiones, y que, en consecuencia, ella debería, hacer lo mismo.

Todos erramos, que de humanos es, y yo mismo yerro más de lo que me gusta reconocer. Pero creo, apartando la falsa modestia, que cuando gracias a los demás, o a mí mismo, caigo en la cuenta de mi error, sé disculparme, pagar las consecuencias, y ponerme a los ejercicios de enmienda, cosa tan extraña en los politiqueros patrios, como a todos nos salta a la vista.

Y si esto es saludable en lo personal, cuanto más en las gentes de las responsabilidades del poder, sea éste de tipo político, financiero, de opinión, religioso, de real ejemplaridad...

Esto, el andarse a nubes, es lo que quiero poner de relieve con esta viñeta. La amnesia y desconocimineto de Cristina de Borbón, Tania Sánchez, y algunos más, o el estar a pájaros unos días, a pedradas otros, como parece que andan por el PSOE, o haciendo por olvidar aquellas ferias abrileñas de los ¡ERE que ERE, osú...!; o esas ingenierías de atril tan poco creíbles del PP, y que tan bien se le dan en directo o en diferido a doña Mª Dolores de Cospedal y a los de su partido de tantas tramas entramadas; como la de la señora Ana Mato de afortunados encuentros; o -a ver si acabo- esas presuras, desdichos, o pelillos a la mar?, que se traen los chicos que van pudiendo, de tan saludable aparición?

Sí, ya te digo: esto parece una infección viral que nos ha venido,como aquella del ébola, de la que, por cierto: no me acuerdo muy bien si aconteció?

Estas no son más que unas letrillas de escribidor, de opinador chiquito, de dibujador voluntarioso, pero con las que quiero rendir homenaje a los que ejercen noblemente el oficio del periodismo, cuyo patrón, San Francisco de Sales se celebró hace unos días, el 24 de enero.

Yo arribé hace tiempo a este ejercicio del contar y busco siempre no ser arribista. Sé que todo texto es siempre imparcial, pues se lleva, como los riachuelos, algo de la parte de la que brota, ai que procuro hacerlo de manera parcialmente creativa, y amena, espero, pues tu tiempo, amigo lector, me merecen todo el respeto.

Que san Francisco les conserve a todos los contadores de cosas, excelsos, medianos, o pequeños como este escribidor, los ojos para ver, el lápiz para escribir o garabatear, y la goma para borrar.

Y a ti, y a todos, la memoria para no olvidar.

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